| | La UCR santafesina, a pura negociación
| Carlos Roberto Morán
Con dificultades y posiciones internas encontradas, el radicalismo avanzó de manera significativa hacia la recreación de la Alianza en la provincia, al haber aceptado Convergencia que el pesepista Rubén Giustiniani encabece la lista de candidatos a diputado nacional. Pero no está dicha la última palabra. Restan zanjar las diferencias que aún dividen al usandizanguismo y a los naranjas. Es que, como contrapartida al hecho de ceder el primer puesto de la lista, el sector mayoritario reclama que la candidata de la minoría, Lilia Puig de Stubrin, se corra al cuarto lugar y ceda el tercero a la representante amarilla Marta Speranza, quien ocupa el quinto puesto de la grilla. El reclamo fue rechazado de plano por la oposición, que interpretó que se violaban disposiciones de la carta orgánica. En la práctica, al no surgir el acuerdo, se impidió que sesionara la convención partidaria, citada para el viernes en Santa Fe, la que pasó a un cuarto intermedio hasta mañana, a las 20. El plazo servirá para la reanudación de las difíciles negociaciones entre representantes de los dos sectores internos que realizan lecturas muy distintas, y hasta encontradas, de lo que ocurre en la UCR. Aunque ambos agrupamientos reivindican la vocación aliancista, tienen una visión diferente de los hechos. Convergencia sostiene que podría haber tomado las decisiones que juzgase más convenientes para sus intereses, ya que cuenta con holgada mayoría en la convención. Y señala que la vocación aliancista quedó demostrada al cederle el primer puesto a Giustiniani, siendo que aún antes de la interna el sector había indicado que ese lugar debía quedar reservado a un radical. Los allegados a Hugo Storero, el candidato del usandizaguismo que debería ser ubicado en el segundo puesto de la nómina, manifestaron que su postulante es quien más trabajó para destrabar las intransigencias internas. Para ello mantuvo reuniones reservadas y por separado con Raúl Alfonsín, Horacio Usandizaga y Hermes Binner, entre otros, y aviniéndose a ceder el primer lugar. También es cierto que les interesa preservar la figura del actual subsecretario de Cultura de la Nación con vistas al 2003. Poco favor le haría presentarse como candidato a diputado nacional por la UCR y no por la Alianza. Storero le recordó ayer a La Capital que él es un extrapartidario y que su vocación aliancista: "No quiero que mi nombre pueda ser un obstáculo". Por eso dejó en libertad al partido para se aceptara el reclamo del Frepaso.
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