Alfombras
Las beréberes difieren sustancialmente de las marroquíes o de otros países árabes, tanto en materiales como en diseño. Es recomendable recurrir a alguna de las casas que se encuentran en Fes y Marrakech y que se conocen como Mansion Beréber para que un especialista describa los motivos y su significado. El regateo es imprescindible, puesto que constituye una importante forma de socialización entre los musulmanes.
Clima
En el Sahara es inusualmente cálido y seco por el día y frío y húmedo por la noche, variando en un par de horas entre los cincuenta grados y las temperaturas bajo cero. Las mejores épocas para visitarlo son, naturalmente, la primavera y el otoño.
Comidas
El tayyin y el alcuzcuz son comidas habituales, aunque también es posible encontrar carne de cordero asada en el sur y pescado en el norte y oeste del país. En las grandes ciudades como Fes, Marrakech o Casablanca existen también restaurantes "a la europea", pero la oportunidad de disfrutar del recetario marroquí no es digna de desprecio. Más allá de las bromas obvias, la carne de camello no es consumida habitualmente debido a que es muy costosa, y por eso se la reserva para bodas y otros grandes eventos.
Idioma
Las lenguas oficiales son en Marruecos el árabe y el francés. En el Sahara, sin embargo, alguna gente habla todavía el español.
Seguridad
Marruecos es un país relativamente seguro. Se recomienda, sin embargo, no aceptar invitaciones de extraños y, en las grandes ciudades, no salir por la noche. En el país está prohibida la entrada a las mezquitas para los no musulmanes, pero no a las madrazas o escuelas coránicas. Para quien ha visitado los baños públicos de Budapest, los de Marruecos pueden resultarle sucios y decepcionantes. El alcohol está vedado a los musulmanes, pero puede conseguirse en los bares de los hoteles. Se recomienda a las mujeres cubrirse los brazos y evitar llevar polleras o remeras con un gran escote. La posesión de hachís está penada rigurosamente por las autoridades.
Té
El té es la bebida marroquí por excelencia, y los beréberes la han optado hace tiempo. El de Marruecos es un té verde con hojas de menta, fuertemente endulzado, al que a menudo se le agregan un tallo de romero o botones de azahar para aromatizarlo. Es probable que el visitante lo encuentre en exceso dulce, pero beberlo de otra manera sería no ser procedente con el espíritu de la bebida. En cada casa o tienda en la que ingrese se le ofrecerá un vaso de té, que deberá aceptar porque lo contrario sería ofender a su anfitrión. En el desierto la del té es una ceremonia que aúna la acción de gracias y la cortesía. En palabras del poeta, el primer vaso de té es amargo como la despedida, el segundo es dulce como el agua para el sediento y el tercero es suave como el descanso.