A los 41 años, el ex delantero de Rosario Central y Macabi Tel Aviv de Israel, Gerardo Motoneta González, vivió en el par de años que jugó en Medio Oriente una experiencia que lo marcó de por vida: "Un día vino un jugador argentino a las puteadas porque tenía que sacar cinco entradas a la cancha, par su familia. Entonces le pregunté si le habían pagado el sueldo, la prima y los premios, y como me contestó a todo que sí, le dije que se dejara de romper las bolas". González presentó el punto 3 del proyecto de reformas de Agremiados con el sistema que utilizan en el fútbol israelí: "El club debe presentar el presupuesto para el plantel antes del torneo, que el Estado y la Federación controlan porque si no cumple con los pagos se lo descuentan, le pagan al jugador y sancionan al club, entonces los propios hinchas son los que controlan a sus dirigentes". Luego el dirigente de Agremiados confió otra historia de cuando jugaba en Israel: "Un político brasileño que cometió una infracción de auto quiso sobornar a la policía con dos billetes de 100 dólares. Los tipos les tomaron los números, lo metieron preso y lo escracharon en el diario porque están bien pagos, tiene obra social y el sistema funciona. Acá, por 200 pesos, te hacen el motor..." Y ahora, un jugador le hizo una confesión: "Me dijo que cuando yo le decía que firmaran los contratos en blanco aunque tuvieran que pagar más impuestos, él pensaba que estaba loco, pero el otro día me reconoció que ahora que se fue se acordaba de mí".
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