Penélope Cruz es hoy una de las estrellas más requeridas y mejor cotizadas de Hollywood, pero su nombre no estaría en boca de los medios si no fuese por su romance con Tom Cruise. Los encuentros amorosos de la española con Cruise, que fueron finalmente confirmados por el agente del actor cinco meses después de su ruptura con Nicole Kidman, colocaron a la actriz de 27 años en más portadas que cualquiera de las 30 películas en las que ha intervenido desde que comenzó su carrera, en 1991. Pero esos 10 años de trabajo le valieron un status de superestrella en España y una serie de reglas sobre cómo afrontar a los columnistas de chismes. "He estado enfrentándome a eso desde que comencé a trabajar en España cuando tenía 16, 17 años. Nunca hablé de mi vida privada", comentó Cruz, y añadió: "Nunca he hablado de mis cosas y no romperé esa norma". Luego explicó que "nunca me relajo del todo en las entrevistas. Hay que ser muy cuidadosa porque cualquier cosa puede ser utilizada en contra de uno". Y con esa frase, el tema de Cruise se dio educadamente por cerrado. Más espléndida incluso en persona que en la pantalla, la frágil belleza de Penélope Cruz esconde una fuerza de voluntad que le llevó a alcanzar el estrellato que sólo han disfrutado un puñado de actrices europeas desde Sofía Loren e Ingrid Bergman. Apenas dos años después de hacer su debut en Hollywood, protagonizó la película "La mandolina del Capitán Corelli", que se estrena en Estados Unidos el próximo viernes, en el papel de una joven griega, el trabajo más importante de la actriz hasta la fecha. "Pensé que este papel era un regalo. Es un personaje muy complejo, con mucha emoción controlada", afirmó la estrella española, y agregó: "Fue un buen desafío. Estaba encantada con tener un papel como ese y quería trabajar mucho para aprender tanto como fuera posible". La intérprete se esforzó mucho para aprender inglés, pero aún está descontenta con su acento, sin darse cuenta de que su suave acento español es parte del encanto que percibe en ella el público de habla inglesa. "No creo que deba perderlo por completo, pero está bien trabajar sobre ello, para poder transformar tu nacionalidad y hacer acentos diferentes", añadió Cruz. La española tiene intención de continuar dividiendo su trabajo y su carrera entre Estados Unidos y España, donde acaba de terminar la película "Sin noticias de Dios". "Creo que es más seguro para mi carrera no estar en el mismo sitio todo el tiempo", comentó. "Y para mi salud, mental y física, también. Creo que es bueno no olvidar de donde vienes", aseguró. El lugar preferido de la actriz en Estados Unidos es Manhattan. "Siempre quise comprarme un departamento en Nueva York. Es un lugar para estudiar y te hace querer crecer", añadió. "Allí, no todo el mundo quiere hablar de cine todo el tiempo. Hay otras muchas cosas en la vida de las que hablar", concluyó.
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