Jerusalén.- Los palestinos prometieron el viernes intensificar su levantamiento contra la ocupación israelí, luego que Israel capturó sus principales sedes en Jerusalén, incluyendo la emblemática Casa de Oriente, donde izaron la bandera con la estrella de David y afirmando su control sobre la ciudad tras el atentado suicida que mató a 16 personas. El Departamento de Estado de EEUU criticó la decisión israelí, que se extendió a otras dependencias palestinas. La respues ta de Israel al tremendo atentado de Jerusalén fue así, contra lo esperado, no militar y devastadora, sino política y simbólica. En tanto, se realizaron los funerales de varias de las 15 víctimas israelíes del atentado en Jerusalén, lo que dio lugar a escenas de indignación y dolor.
La policía izó la bandera israelí sobre Casa de Oriente, la sede central en Jerusalén de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en una incursión nocturna en la que fueron detenidos siete guardias de seguridad y se confiscaron documentos.
El golpe de Israel contra la muy simbólica Casa de Oriente fue un desafío directo a los reclamos palestinos sobre el árabe Jerusalén Oriental, que quieren como la capital de un futuro Estado.
Los israelíes sepultaron ayer a sus muertos, luego que un suicida palestino hizo estallar una bomba al mediodía del jueves matando a 15 israelíes en una pizzería atestada de familias.
Además de la Casa de Oriente, la policía israelí tomó oficinas palestinas en y en torno a Jerusalén Oriental y aviones de combate destrozaron una estación de la policía palestina en Cisjordania en un ataque con misil.
Israel dijo que había tomado "mesuradas" medidas que evitarían un derramamiento de sangre innecesario y restringirían la capacidad de los militantes palestinos de lanzar ataques con bombas.
El ministro de Seguridad Pública, Uzi Landau, dijo que la toma de la Casa de Oriente era "permanente".
La policía israelí dijo que encontró una ametralladora Uzi en el edificio, afirmando que las oficinas tomadas y un barrio de Jerusalén Oriental eran usados como centros de comando por varios servicios de seguridad palestinos.
Los palestinos respondieron desafiantes, acusando a Israel de escalar la violencia, que ha cobrado más de 650 vidas desde que en septiembre comenzó el levantamiento palestino contra la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza.
"Esta es una (acción) muy peligrosa contra el pueblo palestino y una escalada" del conflicto, dijo a los periodistas Yasser Arafat, mientras inspeccionaba la estación policial completamente destruida.
La ocupación de la Casa de Oriente indignó y alarmó a los palestinos, que aspiran a convertir este sector de la ciudad como la capital de un futuro estado independiente.
Pero no sólo los palestinos condenaron la ocupación de la Casa de Oriente. EEUU criticó ayer la decisión israelí, alegando que era una "escalada política" que minaba la confianza en un acuerdo negociado.
"Estamos preocupados por la acción israelí contra la Casa de Oriente y la localidad palestina de Abu Dis", dijo un funcionario del Departamento de Estado, leyendo un comunicado.
Entretanto, las pasiones volaban alto por ambas partes al día siguiente del atentado de un agresor suicida que entró tranquilamente en una pizzería y detonó una bomba durante la concurrida hora del almuerzo.
Funeral de una familia
Los israelíes colocaron velas en la pizzería Sbarro, escenario del cruel ataque suicida, en honor a los que murieron el jueves allí.
El movimiento Hamas se responsabilizó por el ataque diciendo que estaban vengando la incursión israelí con misiles que mató a ocho palestinos en la ciudad cisjordana de Nablús el pasado 31 de julio, incluidos dos líderes de Hamas acusados de orquestar atentadosLas víctimas fatales en Jerusalén fueron mayormente mujeres y niños. Entre los muertos había cinco miembros de una familia, tres de ellos niños, varios adolescentes y una mujer embarazada.
Los miembros del gabinete israelí, tras varias horas de reunión para considerar su respuesta al atentado, ignoraron el llamamiento de Arafat de formular una declaración conjunta de alto el fuego y adoptaron medidas que dijeron que "se llevaban a cabo con la intención de evitar víctimas civiles".Israel capturó el sector árabe de Jerusalén en la Guerra de los Seis Días de 1967 y la anexó en una medida no reconocida internacionalmente. El Estado judío considera la ciudad su capital "eterna e indivisible".