Miembros de la comisión parlamentaria investigadora de lavado de dinero, encabezados por la diputada Elisa Carrió (ARI), presentaron ayer un polémico informe preliminar que, sin embargo, no contó con el dictamen del cuerpo. En medio de acusaciones de politización del caso, la difusión del documento dejó al descubierto duras imputaciones a funcionarios del gobierno nacional, a dirigentes menemistas y a bancos y empresas del más alto nivel de la Argentina y el mundo.
En distintas causas y con acusaciones de diferentes grados, aparecieron mencionados el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo; el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y su vice, Daniel Marx; el ex presidente Carlos Menem, su ex secretario general Alberto Kohan; el ex titular del Banco Central Pedro Pou y los senadores justicialistas Eduardo Menem y Omar Vaquir, este último recientemente nombrado embajador en Kuwait.
Pero el controvertido dossier dejó al descubierto cortocircuitos internos: sólo fue suscripto por Carrió, titular de la comisión y principal fogonera de la iniciativa, y los diputados Gustavo Gutiérrez (Partido Demócrata), Graciela Ocaña (Frepaso), José Vitar (Frepaso) y, parcialmente, por Margarita Stolbizer (UCR).
No firmaron por diferencias con el contenido los justicialistas Daniel Scioli, Cristina de Kirchner y Carlos Soria, además del radical Horacio Pernasetti y el cavallista Franco Caviglia, quienes -con diferentes tonos- cuestionaron el perfil político que tuvo la presentación del trabajo. Lo cierto es que hubo una tensa reunión, que concluyó a los gritos y en forma abrupta con el retiro de los legisladores del PJ.
En un complejo entramado de conexiones de supuestos ilícitos, se vinculó diversas operaciones de lavado de dinero con resonantes causas como IBM-Banco Nación, la ley de patentes, la mafia del oro, el atentado a la Amia y la venta ilegal de armas.
El trabajo de 1.500 páginas se refiere también a personalidades controvertidas: el financista saudita Gaith Pharaon; el ex mandatario panameño Manuel Noriega; el traficante sirio Monzer Al Kassar; el ex asesor presidencial Emir Yoma y el banquero Raúl Moneta. Y se citan entidades privadas como Citibank y CEI-Citicorp, los bancos Macro, República y Mercurio, Siemens y Juncadella.
Carrió convocó al Congreso a distintos referentes políticos, lo que le dio a la conferencia de prensa un marco similar al de un mitin, con la participación de candidatos electorales como Luis Farinello (Polo Social), la funcionaria porteña Liliana Chiernajowsky (esposa de Carlos Chacho Alvarez), Mario Cafiero (PJ), diputados socialistas e integrantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Esta concurrencia transformó el Salón de los Pasos Perdidos en un verdadero acto político, que para muchos se trató de un virtual lanzamiento electoral de la diputada. Sin embargo, tras las dos horas ininterrumpidas de conferencia de prensa, la propia Carrió (quien luego rompió en llanto durante un programa televisivo) relativizó la meneada posibilidad de ser candidata a senadora: "No importa mi futuro político porque no me atraen los cargos".
Si bien reconoció que fue un día difícil, la diputada señaló que si el texto "no se difundía hoy (por ayer), no podía hacerse más". Además, tuvo palabras de agradecimiento por el respaldo a la tarea investigativa para el presidente de la Cámara baja, Rafael Pascual; el titular del Banco Nación, Enrique Olivera, y la jueza federal María Servini de Cubría, entre otros.
Las explicaciones no morigeraron los ánimos en la oposición. Scioli dijo que "el objetivo es usar este informe como plataforma del ARI". A su turno, Kirchner y Soria aseguraron que "recién hoy (por ayer) recibieron el voluminoso texto y no tuvieron tiempo de leerlo" y que le habían propuesto a Carrió difundir los datos el lunes.
Sobre el filo de la medianoche, Carrió se secó las lágrimas en un set televisivo y disparó: "Alberto Kohan es el Montesinos de la Argentina". También acusó a Cavallo y a Escassany de tener cuentas secretas en el exterior.
| |
La Ciudad
