Las Toscas. - Un resarcimiento económico superior a los diez millones de dólares demandarán a la curtiembre Arlei unas 90 familias que se declararon daminificadas por los efectos contaminantes de su actividad industrial. Con el patrocinio del abogado Santiago Kaplum la presentación se formalizará el lunes en los tribunales porteños en nombre de 163 ciudadanos de Las Toscas. En tanto, los estudios jurídicos Belosi y Araya y Mosset Iturraspe, apoderados de 15 vecinos cada uno, se aprestan para accionar ante la Justicia en contra de la curtiembre. En todos los casos se acusa a la firma de haber producido daños físicos -en algunos casos irreparables que provocaron muertes- y ambientales por la utilización del cromo (un metal pesado altamente peligroso y cancerígeno en alguna de sus variantes) en el proceso del curtido de los cueros. En tanto, la empresa emitió ayer un comunicado enfatizando su postura tradicional de negar que cause contaminación y atribuyendo a la novedad un patrón cíclico con el que, cada tanto -afirma- "se intenta reinstalar la polémica en la escena pública de modo de lograr una base suficiente para poner en marcha la industria del juicio". Como sea, se trata de un capítulo nuevo de una vieja historia que fue ganando intensidad en foros y pasó de ser una polémica local, luego provincial más tarde nacional, y terminó instalándose en la escena internacional cuando entidades ambientalistas denunciaron el caso ante la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Interamericana de la Salud, o cuando lograron una manifestación de miembros de Greempeace en la planta industrial de Arlei. El caso fue conocido a nivel provincial cuando La Capital publicó la muerte de un operario y el incremento de la preocupación porque se denunciaba un aumento de enfermedades de piel, el sistema respiratorio y algunos tipos de cáncer. Incluso, se afirmó que los casos de leucemia detectados -algunos fatales- no eran ajenos a la contaminación con cromo. Pero fue un análisis de sangre realizado en un hospital público santafesino a un grupo de vecinos, situación que logró conmover a la opinión pública al revelar niveles muy altos de cromo en orina y sangre. Silvia Iglesias, de la Asociación para la Defensa del Medio Ambiente del norte Santafesino (Ademans), dijo ayer que "la demanda es justa porque la empresa tiene que indemnizar a quienes contaminó". Si bien la dirigente ambientalista dijo aceptar que "la empresa haya apurado las obras de su planta de residuos -presionada por la protesta social- eso no alcanza para borrar un pasado en el que se hizo mucho daño a la gente que hoy sufre a causa de ello". Denunció además que "Arlei ha construido una planta para el curtido de 4.500 cueros por día, pero está curtiendo 7.500 y aspira a llegar a los 10.000 diarios". Los hijos de Iglesias se cuentan entre los demandantes. "Mi hija gestó su bebé en Las Toscas que nació con un riñón distrófico, que no funciona más que en un 20 por ciento. No sabemos qué suerte correrá cuando crezca. Mi hija se tuvo que mudar a Córdoba, perdió su empleo y hoy no tiene trabajo pero no puede volver. Mi otra nieta, de nueve años, sufre un asma agudo y tiene que dormir con un nebulizador". "Estamos desesperados. Mi esposo también está contaminado pero queremos sacar los chicos de acá. No sólo somos rehenes de la empresa, que castiga a quienes denunciamos, sino de las demoras de los organismos públicos ante nuestras demandas". Por su parte, Arlei insistió en que "no existe ninguna posibilidad de daños en la salud o contaminación que surjan de los procesos de producción de nuestra planta". Afirma que no existen pruebas científicas ni sustento médico para las denuncias y que éstas "se basan en testimonios y pareceres" y concluye diciendo que "es una compañía comprometida con el cuidado de la calidad y del medio ambiente, siendo la primera curtiembre argentina en certificar normas internacionales ISO 9.001 y QS 9.000, y en proceso de certificar normas ISO 14.000 de calidad de medio ambiente. La compañía puso en marcha, en septiembre de 2000 una nueva planta de tratamiento de efluentes en Las Toscas. Esta planta está funcionando a pleno y permite que sus efluentes estén un 50 por ciento por debajo de los límites exigidos por la ley que lo regula.
| La curtiembre de Las Toscas, acusada de contaminar. | | Ampliar Foto | | |
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