Marcelo Carné
La media sanción del Senado provincial al proyecto de ley de casinos, modificando sustancialmente lo votado originalmente en Diputados, dividió las aguas entre las dos cámaras legislativas y amenaza con hacer perder estado parlamentario a la iniciativa si no recibe sanción definitiva antes del 30 de noviembre, cuando concluya el actual período ordinario de sesiones.
El diputado Mario Esquivel (PJ), autor del proyecto, adelantó ayer a La Capital que en la sesión del próximo jueves el texto modificado anteayer por los senadores ingresará a la Cámara baja y será girado nuevamente a consideración de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Asuntos Constitucionales.
Esquivel desestimó así la posibilidad de que Diputados insista ese mismo día en la sesión (y sin pasar por las comisiones) con su propio proyecto y lo devuelva inmediatamente al Senado. Sucede que los impulsores de la iniciativa en Diputados perciben que la voluntad de sus pares de la Cámara alta es que "no haya ley".
"Hace diez días yo mismo les entregué en mano a dos senadores un proyecto alternativo que dejaba facultado al Poder Ejecutivo la autorización para instalar bingos y tragamonedas, pero parece que ni siquiera leyeron el proyecto", lamentó el legislador, quien buscaba de este modo acercar posiciones y garantizar la ley.
El senador justicialista por el departamento San Martín, Daniel Depetris, pareció abonar la presunción del diputado capitalino al aseverar ayer a un medio de Santa Fe que "si desde la Cámara de Diputados insisten con la media sanción, en nuestro bloque tenemos muy en claro qué vamos a hacer. Buscaremos las estrategias parlamentarias que existen", consignó Depetris en forma concluyente, dando a entender que si la iniciativa vuelve de Diputados tal como la redactaron Esquivel y el radical Miguel Basaldella quedará cajoneada en la Cámara alta. Si ello sucede caducaría al cumplirse el segundo período ordinario sin obtener sanción definitiva y sólo podrá ser iniciada como nuevo proyecto recién en el período 2002.
Esquivel salió a desestimar también los argumentos esgrimidos el jueves por los senadores para justificar la limitación que se introdujo en el proyecto de ley autorizando solamente la apertura de tres casinos (en Rosario, Santa Fe y Melincué) y tres bingos (dos en Rosario y el restante en Santa Fe). Además de prohibir la instalación de bingos en los departamentos del interior, el Senado restringió el funcionamiento de máquinas tragamonedas a los casinos, vedándolas expresamente en los bingos. En cambio, el proyecto de Diputados autoriza la instalación de cincos casinos (en Rosario, Santa Fe y los tres restantes en el interior) y hasta 39 bingos en todo el territorio santafesino.
Mientras los integrantes de la Cámara alta aseguran "representar el sentimiento de la gente y las instituciones de los departamentos del interior que no quieren los bingos en sus poblaciones", el diputado Mario Esquivel sostiene que su impresión es que "tienen miedo a la competencia".
El legislador justicialista también lamentó que "en el texto votado en el Senado hayan obviado las inversiones hoteleras y de los centros de convenciones que nosotros obligábamos a hacer a los concesionarios. A su juicio, se "desnaturalizó" el proyecto de Diputados, "que además de obligar a los concesionarios a realizar inversiones, blanqueaba la situación de los bingos, a los que obligamos a tributar".
Por su parte, el senador rosarino Alberto Beccani (UCR), quien presentó un dictamen en minoría proponiendo la creación de un ente de control de los juegos de azar, se manifestó a favor de "la apertura de casinos y bingos, pero en el marco de un proyecto de promoción turística y sin dejar de darle un sentido social al juego. Es ilógico prohibir uno o dos juegos, cuando hoy se puede apostar desde los hogares por Internet. Hay que ser realista y reconocer que Santa Fe está postergada" en materia de legislación del juego, finalizó el legislador.
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La Ciudad
