Año CXXXIV
 Nº 49.204
Rosario,
viernes  10 de
agosto de 2001
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Las cenizas del Chango Funes serán arrojadas al río Paraná

Carlos Vallejos

Las cenizas del extinto senador nacional por Santa Fe Carlos Chango Funes serán arrojadas bajo uno de los tramos del puente Rosario-Victoria. El próximo lunes, a las 13, el gobernador Carlos Reutemann, su ministro de Gobierno, Angel Baltuzzi, la totalidad de los legisladores provinciales del PJ y algunos de sus pares nacionales, entre otros dirigentes políticos, abordarán en Costa Alta una embarcación de Prefectura para internarse en el Paraná y cumplir con la última voluntad del Chango.
La madrugada del 30 de julio el Senado aprobó la ley de déficit cero. Funes falleció unas horas antes, el domingo 29 a las 15, y truncó su deseo de ir, aunque sea en ambulancia, al recinto de sesiones para sumar su voto.
Funes estuvo en el Congreso menos de 5 meses (cuando juró, el 7 de marzo, ya luchaba contra el cáncer), lo que no le impidió trabajar con sorprendente optimismo en un proyecto que -como él mismo se lo dijo a La Capital en una reciente entrevista- tenía como metas "las generaciones futuras", a pesar de las "crisis circunstanciales".
Quienes conocen las ideas del Chango no pueden menos que tomar la ceremonia del lunes como un mensaje póstumo para que ese proyecto no sea archivado. Funes consideraba al puente colgante un eslabón clave de su iniciativa: "La Argentina bioceánica".
Precisamente con ese título presentó hace un par de meses una iniciativa (que está en comisión) para "planificar en forma coherente una red de obras públicas -redes viales- con los fondos que el propio gobierno destinó (cuando Nicolás Gallo era ministro de Infraestructura) que posibiliten integrar todas las economías regionales, con una salida al Pacífico, vía Chile".
Un proyecto paralelo impulsaba el traslado de la Capital Federal a Campo de Mayo. Parecía -y parece- descabellado por las urgencias que impone la crisis. Cuando La Capital le hizo esta observación Funes no se amilanó: "Esto no quiere decir dejar de lado los temas urgentes, pero también se necesita que se discutan las cuestiones de fondo, estructurales. Y esta postergación ya lleva 60 años".
Luego explicó que "la infraestructura permite cambiar los ejes del comercio y hacer un equilibrio que hoy está roto en todo sentido: socialmente, demográficamente, económicamente, políticamente, con el agravante de que se está creando una bomba de tiempo en el río de la Plata, donde no habrá más ghetos de lujo dónde encerrarse; esto es lo que está pasando, entre otras cosas, con la inseguridad."
La última observación se relaciona con la idea del traslado de la Capital, que -a su vez- va de la mano la potencialización de los polos productivos regionales: "Si se hiciera lo que está previsto en el proyecto se comenzaría a resolver gran parte del problema (económico actual), porque hay una vieja ley no escrita que dice que donde está el comercio llega primero el progreso, y donde está el progreso va la gente".
Como ejemplo de la falta de planificación puso al propio puente colgante: "No se previó la construcción de unos 230 kilómetros de carretera entre Victoria y Ceibas (Entre Ríos), para desde allí empalmar con Zárate-Brazo Largo, lo que impide conectar vía autopista ambos lados del Paraná y deja a la región sin un extraordinario circuito de miniturismo".


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