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¿Hombres o bestias?

Acabo de ver los noticieros de la medianoche, y luego de observar atónito los episodios de violencia suscitados en el sindicato de la Uocra en Bahía Blanca, me resulta ciertamente imposible conciliar el sueño. Estoy asqueado después de ver cómo varias decenas de patoteros lograron golpear con sadismo, impunidad y demencia a trabajadores del gremio en cuestión. No puedo concebir que ocurran hechos de esta naturaleza a esta altura de la historia de la humanidad. Esos sujetos, fuera de sí, parecían querer matar al otro. Se mostraban tan cerca del homicidio que creo que ni ellos mismos lograban tomar conciencia. Porque le pegaban a quien no es más que un pobre obrero; ni siquiera desataban su furia contra los verdaderos responsables de sus miserias. Lo que deja a las claras también el alto grado de ignorancia y bestialidad (esa es la palabra justa) de los protagonistas del hecho. ¿Hasta dónde hemos llegado? La respuesta está en esas imágenes elocuentes. Hemos llegado al punto en que por $50 y algo de droga se pueden alquilar los servicios de mercenarios expertos en el arte de amedrentar, vapulear y aniquilar los deseos de paz de cualquier mortal.
Miguel A. Martínez