El presidente estadounidense, George W. Bush, anunció anoche su apoyo parcial al financiamiento público de la investigación sobre células estaminales pero con muchas restricciones sobre el uso de los embriones humanos. Los fondos serán destinados sólo a la investigación con la utilización de embriones ya presentes en clínicas de la fertilidad. En ese marco, no habrá aportes federales para crear nuevos embriones para utilizarlos como fuentes de células, cuya experimentación promete grandes progresos en la cura de enfermedades. Bush consultó con expertos y con grupos de científicos (a favor de la investigación) y antiabortistas (en contra), y trató de hallar un punto medio entre las posiciones de aquellos quienes opinan que tal investigación acaba con una vida y quienes sostienen que salvará muchas vidas. Bush recibió asesoría de expertos en ética, activistas antiaborto, defensores de derechos de los pacientes e incluso del Papa Juan Pablo II. La investigación se centra en las células extraídas de embriones excedentes en los tratamientos de fertilidad. Mientras los partidarios de dicha investigación ven enormes beneficios potenciales en el campo médico, sus oponentes critican el uso de embriones humanos en las pruebas de laboratorio. A fin de extraer las células troncales, el embrión debe ser destruido. Las células troncales son esencialmente unas células en blanco capaces de desarrollarse en todo tipo de órganos humanos pero no en la totalidad del individuo. Estas células se forman en el interior del embrión pocos días después de la fertilización. Desde Crawford, Texas, el presidente norteamericano decidió permitir un financiamiento limitado de las investigaciones de células troncales embrionarias y puso fin a un angustioso debate sobre las implicaciones éticas, científicas y políticas de desarrollar células que sólo se obtienen destruyendo embriones. Bush hizo el anuncio desde su hacienda en Texas, donde se encuentra de vacaciones, haciéndose eco de la propuesta sugerida por el senador Bill Frist, un estrecho aliado de Bush, y el secretario de Salud y Asistencia Social, Tommy Thompson, permite la investigación sólo en ciertos tipos de células troncales, y sólo bajo una estricta supervisión oficial y la aprobación explícita de los padres que las crearon. El tema provoca grandes divisiones en distintos sectores de la sociedad. Empresas farmacéuticas y biotecnológicas, científicos y el parapléjico actor Christopher Reeves pidieron a Bush apoyar la investigación de estas células madres.
| |