Un infierno de balas en plena avenida Pellegrini al 1800, a una cuadra de los Tribunales provinciales, no terminó en tragedia sólo por un milagro. Un hombre, que fue asaltado junto a su mujer en su propia casa, intentó hacer justicia por mano propia y salió armado a la calle a perseguir al ladrón. El episodio causó conmoción porque asaltante y víctima se tirotearon a lo ancho de esa arteria hasta llegar a la esquina con Dorrego. En ese cruce, y ante la mirada atónita de numerosas personas, el ladrón robó un ciclomotor y continuó su fuga hacia la zona sur con una lluvia de balas a sus espaldas.
Un taxista, cuyo auto fue perforado por seis balas, y una vecina que salía de su casa ubicada frente al lugar del asalto, fueron dos de las personas que salvaron la vida de casualidad sin contar el centenar de peatones y automovilistas que alrededor del mediodía circulaban por la zona. Afortunadamente nadie resultó lastimado. El ladrón logró escapar, pero abandonó la moto en inmediaciones del Hospital de Niños Víctor Vilela.
El violento episodio, que tuvo aristas cinematográficas, se produjo poco después del mediodía y se originó en uno de los departamentos del edificio de Pellegrini 1860. En ese lugar viven Roberto Trenteni y su mujer. De acuerdo a fuentes policiales, el dueño de casa había publicado hace unos días un aviso en el que ofrecía para la venta una computadora portátil. El delincuente que llegó a la casa lo hizo luego de coordinar previamente un encuentro supuestamente interesado en comprar la máquina.
Otra versión indicaba ayer que Trenteni, campeón e instructor de tiro, se dedica a la reparación de computadoras y que el ladrón había llegado con el pretexto de solicitar sus servicios. Lo cierto es que cuando el supuesto desconocido logró ingresar al departamento sacó un arma de fuego y amenazó a la pareja. Voceros de la investigación contaron que Trenteni y su mujer fueron atados a una silla y el ladrón comenzó a guardar algunos objetos de valor dentro de un bolso.
Luego, mientras el delincuente escapaba y salía a la calle, Trenteni logró zafar de las ataduras, tomó una pistola calibre 9 milímetros y salió a perseguirlo. Al salir a la vereda, el maleante le hizo señas al primer taxi que pasaba por Pellegrini. Era un Peugeot 504, de la empresa Fono Taxi, conducido por Guillermo Enrico, de 31 años. Según contó el chofer, en ese instante nada le llamó la atención porque el hombre le hizo señas para que se detuviera en forma normal.
Una violenta iniciación
"Lo único que vi fue a un chabón con un bolso en la mano que me hacía señas para que parara", comentó Enrico, que hace veinte días comenzó a trabajar como taxista. Pero apenas el pasajero se acomodó en el asiento trasero, apareció el dueño de casa y abrió fuego. "El tipo ya estaba arriba y yo me disponía a arrancar, cuando apareció un loco por la puerta y empezó a disparar. Lo primero que hice fue salir corriendo y esconderme detrás de un árbol. Ahí me quedé mientras se tiroteaban por toda la avenida", contó el taxista, en cuyo móvil quedaron las profundas marcas de seis impactos en la parte trasera derecha, además del cristal de la ventanilla completamente destruido.
\Según fuentes policiales, el delincuente pudo salir del coche de alquiler y cruzó corriendo la avenida en dirección a calle Dorrego y a pocos metros de la esquina se abalanzó sobre un motociclista para robarle el rodado. "Yo venía por Pellegrini cuando vi que se estaban tiroteando. Entonces doblé por Dorrego y ahí me agarró un tipo grandote que me dijo «Dame la moto, no seas boludo», y se la tuve que entregar porque era más corpulento que yo", comentó Eduardo Foresto, el dueño de la Zanella 50 que apareció poco después abandonada a diez cuadras y manchada con sangre.
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Peligrosa balacera
Mientras se apoderaba de la motito y se fugaba en dirección al sur, el delincuente recibía una andada indiscriminada de plomo. Una camioneta Honda CRB 4x4, que estaba estacionada sobre la vereda sur de Pellegrini al 1800, frente a una cochera, resultó dañada por al menos dos balazos que disparados aparentemente desde la acera opuesta. Además, un proyectil atravesó la puerta de cristal de la casa ubicada en el 1881 de Pellegrini. Esa bala pasó a pocos centímetros de una mujer que estaba parada en la puerta.
\Cuando la tensión no había desaparecido del lugar, Trenteni recuperó el bolso que estaba en el interior del taxi y se refugió en su casa. Un poco más tarde quedó demorado en la seccional 5ª, pero luego de declarar quedó en libertad. La policía, en tanto, no pudo encontrar al asaltante.