Año CXXXIV
 Nº 49.201
Rosario,
martes  07 de
agosto de 2001
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cartas
Es la época de la solidaridad

Hoy por hoy, no es necesario decir que las cosas están mal, es un hecho, y hay que aceptarlo. Lo que no implica que no se puede hacer nada y mucho menos que nos tenemos que lavar las manos. Al contrario, es nuestra obligación ver cómo podemos ayudar. Gracias a Dios, cada vez es mayor el número de personas que toma conciencia de esto, pero la mayoría son ideas sueltas, individuales, en el mejor de los casos, de algún sector en particular. Hoy necesitamos consenso, unidad. Esto no quiere decir que debemos pensar igual, significa que nuestras opciones son muy escasas. En los días que corren, tenemos que ser decididos, pero nuestras decisiones deben ser a largo alcance, con miras a un futuro que nos supere. Y considero que la actual administración está marcando nuestro nuevo horizonte. Tenemos que dejar de pensar de manera egoísta y negligente. Nuestra Argentina no se termina acá y ahora, entonces pensemos en los que vienen después y abrámosle un camino digno y próspero. Es necesario ponerse a trabajar juntos y con responsabilidad, con todas nuestras fuerzas y virtudes, con una convicción clara y decidida, mejorar. Basta de corrupción, de evasión, de pensar en nuestro bolsillo y en nuestro bienestar particular. Estamos todos juntos en esto, y unidos debemos recuperar nuestra idea de pueblo, de nación, de argentinos. Es la época de la solidaridad.
Francisco I. Masiá Rojkín


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