| | Triple homicidio y suicidio Descubren golpes en una de las nenas envenenadas
| Buenos Aires.- La mayor de las tres hermanitas asesinadas en Villa Zapiola, partido de Moreno, se habría resistido a ingerir el veneno para hormigas que, de acuerdo con la investigación, sus padres mezclaron con leche para asesinarlas, según surgió durante la autopsia practicada en la morgue, informó una fuente judicial. El vocero señaló que ayer a la mañana la madre de las nenas, María Susana de Narváez, se negó a declarar ante el fiscal Pablo Merola que lleva adelante la causa, tras lo cual quedó detenida en la seccional local acusada del triple crimen. La hipótesis de que existió una resistencia por parte de la mayor de las niñas asesinadas surgió cuando los peritos forenses detectaron un fuerte golpe de reciente data en la parte dorsal de su cuerpo. Según las fuentes, todo indica que la chica, de 11 años, se negó a tomar la leche mezclada con el veneno, y que por tal motivo habría sido golpeada. La ausencia de lesiones corporales en las otras dos niñas, sumado a que el golpe de la hermana mayor no fue causal de la muerte, reforzó la conclusión preliminar de los investigadores sobre la muerte por envenenamiento. Los voceros explicaron que igualmente es necesario aguardar los estudios toxicológicos de las vísceras de las víctimas para asegurar que la causa de muerte fue la ingesta de veneno para hormigas. Las autopsias confirmaron además que las tres niñas fueron asesinadas entre la noche del jueves y la madrugada del viernes último, mientras que el padre de las hermanitas, Gabriel Narváez, se ahorcó entre la tarde y noche del sábado, es decir que junto a su esposa convivió cerca de 48 horas con los cadáveres de sus hijas. Ayer a la mañana, la madre de la niñas, única sobreviviente del drama familiar y también única detenida en el caso, se negó a ser indagada por el fiscal, quien cuenta a partir de hoy con 15 días para resolver su situación procesal. Para los investigadores, la mujer, al igual que su esposo, fueron los ideólogos de un pacto para matar a las niñas y luego suicidarse, aunque ella por algún motivo se habría arrepentido a último momento. El episodio fue descubierto cerca de la medianoche de anteayer cuando la madre de las niñas se acercó gritando a la casa de su cuñado para decirle que se había despertado y encontrado a toda su familia muerta. El cuñado de la mujer, cuya identidad no fue suministrada, avisó a la seccional de Villa Zapiola que en la vivienda situada en José Hernández 4070 de esa localidad había personas muertas. Cuando la policía entró a la casa encontró primero el cadáver de Narváez, de 38 años, colgado con unos cables del techo del living, mientras que sobre la cama matrimonial de la habitación de la pareja fueron hallados los cuerpos de las tres pequeñas niñas de tres, ocho y 11 años.
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