Año CXXXIV
 Nº 49.199
Rosario,
domingo  05 de
agosto de 2001
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El ocaso de un antiguo dictador convertido en demócrata
Banzer presentará mañana su renuncia a la presidencia de Bolivia
Aquejado de una grave enfermedad, dará fin a una carrera política de casi cuatro décadas

La Paz. - El general Hugo Banzer Suárez oficializará mañana su renuncia al cargo, dando fin a una carrera política de casi cuatro décadas tras la que cosechará aplausos de sus simpatizantes, pero sin haber podido cerrar todas las heridas del pasado. Banzer, de 75 años de edad, aprovechará su mensaje-informe a la nación con ocasión de las fiestas patrias en Sucre para dejar el cargo en manos del vicepresidente de la república, Jorge Quiroga, y alejarse del gobierno aquejado por un cáncer incurable alojado en un pulmón e hígado.
El presidente saliente apareció recientemente en un mensaje televisivo desde Washington, donde recibe atención médica, visiblemente demacrado, con escaso cabello debido al tratamiento de quimioterapia y con la voz entrecortada. La energía que lo caracterizó durante toda su vida es cosa del pasado y es posible que llegue al país en una silla de ruedas.
El líder del partido derechista Acción Democrática Nacionalista (ADN) fue electo presidente en agosto de 1997, logrando su mayor ambición: ser un mandatario democrático tras haber gobernado dictatorialmente entre 1971 y 1978.

Con mano de hierro
El general Banzer fue parte de la generación de líderes militares que gobernaron con mano de hierro el cono sur de América en la década de los setenta, pero fue el único que logró asimilarse al sistema político democrático. Entre 1980 y 1997 participó en cinco elecciones, obteniendo dos veces el primer lugar y otras dos el segundo lugar. En 1985, habiendo derrotado a Víctor Paz Estenssoro en las urnas por un margen relativamente amplio para los parámetros bolivianos, aceptó la decisión del Congreso, que en una segunda ronda designó a Paz Estenssoro como presidente.
En 1989 resignó también la posibilidad de ser presidente y apoyó al gobierno de su hasta entonces rival Jaime Paz. En 1997, en la última elección en la que participaría y contando con 71 años, cumplió finalmente su sueño: ganar las elecciones y ser presidente constitucional de Bolivia. Los defensores de los derechos humanos del país, sin embargo, nunca reconocieron como válido su recambio democrático y lo criticaron durante toda su gestión. Aún ahora, pese a su notorio mal estado de salud, mantienen sus críticas a viva voz.
Se le atribuye al régimen de Banzer el asesinato y/o desaparición de 146 personas, según los listados difundidos por los organismos de derechos humanos. También se lo acusa de haber repatriado a Chile y Argentina a una decena de militantes izquierdistas en el marco del Plan Cóndor, que combatía irregularmente a los adversarios políticos de los militares.
Banzer empezó su carrera en 1964, cuando fue designado como ministro de Educación del gobierno militar del general René Barrientos, y desde entonces se mantuvo en la primera línea del escenario político nacional. Paradójicamente, uno de los hombres más firmes y rígidos de la historia boliviana reciente, conductor de un gobierno militar que no respetó la Constitución, fue acusado de "débil e indeciso" cuando le tocó gobernar como demócrata y muchos de sus simpatizantes le pedían que mostrara la firmeza de su primer gobierno. Los dos hijos hombres del presidente Banzer murieron siendo adolescentes, el primero por manipular equivocadamente un arma de fuego y el segundo en un accidente automovilístico. Tiene dos hijas mujeres.
El traspaso del mando se produce en momentos en que Bolivia vive grandes tensiones sociales con protestas de campesinos contra las políticas económicas del gobierno. Pero el traspaso del mando presidencial refleja la solidez del régimen democrático en Bolivia, dijo la embajadora boliviana ante la Casa Blanca, Marlene Fernández.



El general Hugo Banzer sufre un cáncer incurable.
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