Año CXXXIV
 Nº 49.199
Rosario,
domingo  05 de
agosto de 2001
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Llegaron a Córdoba el profesor y la alumna que huyeron juntos

La adolescente de 14 años que se fugó con un ex profesor de 48 fue devuelta ayer a sus padres por orden de la Justicia, mientras el hombre permanece detenido en una dependencia policial. El profesor y su ex alumna llegaron ayer a la capital cordobesa en forma separada y acompañados por comisiones policiales desde la provincia de San Luis, donde fueron detenidos anteayer. El caso mantiene conmocionada a la ciudad de Córdoba por la trama novelesca del suceso.
El detenido, Ramón Castro, arribó a las 13 a bordo de un móvil policial Renault 19 desde San Luis junto con una comisión encabezada por el comisario Luis Acosta, de la división Protección de Personas. Vestido con un jean azul claro y una campera de cuero color negra con la que cubrió su rostro, Castro fue ingresado rápidamente a la alcaidía del cuartel central de la policía cordobesa.
El fiscal Luis Villalba dispuso que el hombre, un ingeniero civil, permanezca detenido en la comisaría primera, en Corrientes al 500, en el centro de la capital cordobesa, y lo indagaría mañana.
Castro fue imputado por "rapto impropio", un delito que prevé una pena de entre seis meses y dos años de prisión, y por lo tanto es excarcelable.
La figura se mantendrá hasta tanto se hagan exámenes o se establezca algún otro tipo de ilícito, como puede ser abuso sexual, violación o privación de la libertad, según confiaron fuentes judiciales.

Imponen restricciones
A su vez, la chica llegó a Córdoba acompañada por otra comisión policial y fue devuelta a sus padres por orden de la jueza de menores de la quinta nominación, Azucena de Colodny, luego de una audiencia que duró alrededor de tres horas y a la que se sumó el fiscal Villalba. Luego de la trascendencia que tomó el caso, la juez ordenó tanto a los padres de la adolescente como los medios de prensa "abstenerse de continuar con la profusa difusión de cuestiones relacionadas con la vida de la menor" para resguardar su intimidad.
"No puedo hablar más con ustedes por orden de la jueza porque ella (por la hija) es menor, así que les agradezco. Hasta acá llegamos, sepan preservar la identidad, si la expuse es porque la necesitaba", dijo el padre de la adolescente al arribar ayer a la tarde a su domicilio junto a la joven.
Fueron, precisamente, los padres de la chica quienes difundieron a los medios las imágenes de la joven a la que buscaban desde el martes último cuando había escapado con su profesor.
Ese hecho que provocó malestar en la justicia cordobesa, a tal punto que en un principio trascendió la posibilidad de que le adolescente fuera entregada a un instituto de menores, cosa que finalmente no ocurrió.
En su regreso a Córdoba, la joven no estuvo acompañada por sus padres sino por una tía y su madrina.
La pareja había sido encontrada anteayer en San Luis -donde habían llegado el jueves último en el Volkswagen Gol color rojo del hombre-, luego de que una familia que les dio albergue en su casa formulara la denuncia a la policía.
Ambos habían pedido ayuda en la casa de la familia Franzini, en Caseros y Pringles, de la capital puntana, porque ya no les quedaba dinero para seguir viaje en el auto.
Allí la pareja comió, se bañó y pasó la noche. Pero Dora Franzini, la dueña de casa, sospechó de la situación y los denunció a la comisaría.
Castro fue detenido en la calle cuando se dirigía a su auto y la adolescente, que se había comunicado con su abuela, cuando iba a comprar caramelos.
El caso provocó conmoción en la provincia mediterránea, a tal punto que gran cantidad de medios de prensa y curiosos se concentraron frente al cuartel central de la policía para presenciar el arribo del profesor.
Los padres de la chica también llegaron pasadas las 13 a la capital cordobesa desde San Luis -donde fueron para intentar reencontrarse con su hija-, en un automóvil que les puso a disposición el Canal 10 de televisión local.
Fuentes de la fiscalía aclararon que a pedido de familiares y de la propia menor, el fiscal puede ordenar exámenes ginecológicos para establecer si hubo relación sexual durante las 72 horas de rapto.
De confirmarse esa hipótesis, el profesor podría ser acusado del delito conocido como estupro, es decir, cuando se produce una relación sexual, aunque ésta se haya producido con consentimiento, es delito cuando está involucrado un menor de edad.
Más allá de la trascendencia del hecho, la situación se manejó ayer con suma cautela, a tal punto que el abogado de los padres de la joven, Raúl Tioli, evitó hacer declaraciones a la prensa.
"La causa es compleja porque hay de por medio una menor. También estoy vedado a hacer declaraciones a la prensa, conforme el exhorto de la jueza", se justificó el letrado ante los periodistas que lo aguardaban a la salida de los tribunales.



La chica tapada sale con su padre de una oficina policial.
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