Con una corta trayectoria -fueron apenas cinco años de vida- Southern Winds se convirtió en la compañía líder en vuelos de cabotaje de la Argentina. El presidente de la compañía, Juan Maggio, anunció la semana pasada una inversión de 180 millones para el lanzamiento de las operaciones internacionales, que comenzarán el mes próximo con vuelos hacia Miami y Madrid con vuelos desde Córdoba, en la primera etapa de su plan de expansión. El titular de la empresa que se define como "argentina y cordobesa" enfatizó la necesidad de resguardar la competencia en el mercado de cabotaje tan convulsionado a partir de la crisis de Aerolíneas Argentinas (AA), "porque sino esto sería un caos". Maggio controla el 70 por ciento de las acciones de SW y el resto es propiedad de Eduardo Eurnekián, operador de Aeropuerto 2000 y de Lapa, una compañía que anunció la reinstalación de las frecuencias abandonadas por AA en Rosario, un día después que Southern Winds anunciara el incremento de las propias. Aunque la puja con su socio Eurnekián es un secreto a voces, Maggio es muy prudente al hablar de ese tema. Cuando un periodista le preguntó al respecto, dijo que es mentira que la empresa estuviera quebrada cuando Eurnekián accedió al 30% de la empresa. "El costo de las aeronaves que incorporamos por entonces triplicaban los aportes del nuevo accionista", descargó. -La aeronavegación está marcado por la crisis. ¿desde qué escenario decidieron la inversión? -El escenario de la aeronavegación comercial es conflictivo para algunas compañías pero bueno para otras. En Chile se desarrolló Lan Chile como empresa número uno. En Brasil Varig llegó a tener que afrontar grandes pérdidas 2.000 millones de dólares, a pesar de ser una de las mejores líneas aéreas latinoamericanas, sino la mejor. Y en ese mismo contexto se desarrolló Tam, con más de 100 vuelos, que atiende el mercado internacional y tiene una rentabilidad espectacular. Eso mismo ocurre en la Argentina. Una empresa como Aerolíneas tuvo problemas, y otra como SW ha sabido nunca dejar de lado la preocupación por la rentabilidad. Las quejas de las compañías hablando de crisis lleva a que todo el mundo piense que todos están están en crisis, pero eso no es verdad. -¿La caída de AA aceleró sus decisiones? -Para decir la verdad en nuestros planes nunca estuvo la hipótesis de que AA fuera a dejar de operar. Nosotros jamás hicimos alarde de aerolínea de bandera ni queremos sustituir a nadie. Yo siempre tuve algo bien en claro: en los vuelos internacionales vamos a tener que competir un mercado 100 por ciento integrado por compañías extranjeras. Mis rivales serán American Airlines, que tiene tres aviones por día llegando de EEUU, United United que tiene otros tres, Delta que tiene uno, y Continental que aunque demoró sus planes le transfirió a Delta su frecuencia. Lo mismo pasa en Europa, el 70 % de tráfico de una empresa como Air France a París se lleva a otros países, lo cual significa que hay que ver al Viejo Continente como un solo mercado. ¿Qué hace un vuelo más o menos de Aerolíneas con los 300 vuelos semanales existentes? -Algunos sostienen que en el mercado regional hay lugar para uno solo. -Ese es un concepto que yo quiero refutar, porque en ningún país del mundo hay una sola línea aérea, ni siquiera en las Guyanas. Tiene que haber competencia porque sino esto sería un caos.
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