Sufrió, pero gozó. Jockey Club se impuso a Duendes 26 a 25 y se coronó campeón del Torneo Regional del Litoral. El objetivo propuesto por el plantel de Fisherton se cumplió. Logró una nueva vuelta olímpica que fue quizás mucho más linda porque la pudo dar en su casa, ante su gente. Ganó los dos partidos: el de ida y ayer, el de vuelta. No dejó dudas. Es un legítimo campeón.
Si bien al comienzo del partido Jockey tenía una ventaja de 5 a 1 en puntos, sabía que no debía confiarse porque Duendes venía dispuesto a dar el gran golpe. Los verdinegros estaban obligados por el resultado, razón por la cual salieron desde el vamos a atacar. Así, con un juego de muchos pases, de relevos contínuos, la visita fue llevando las acciones hacia el terreno de Jockey que lo esperó con una defensa ordenada. Pero el local no se limitó sólo a ello sino que cuando encontró los huecos devolvió golpe por golpe.
El viento que cruzó la cancha comenzó a complicar a los pateadores tal como había ocurrido siete días atrás. Pero el pie de Alberto Di Bernardo empezó a sacar las primeras diferencias, no sólo en el marcador sino también en el posicionamiento del equipo. Dos penales del 10 de Jockey contra uno de Duendes fueron modificando el tanteador, pero fue la visita quien primero levantó a su público con el try de Pablo Bouza.
El try del capitán hizo mella. Decididamente lanzados al ataque, los Duendes se instalaron en la última línea verdiblanca y comenzaron a acosar al dueño de casa. Mangiamelli sumó un nuevo penal y el juego comenzó a desordenarse, Baraldi y Pérez vieron la tarjeta amarilla y las acciones se tornaron más picantes. El jogo bonito de la semana pasada quedó en el recuerdo.
Antes del final del período Jockey consiguió igualar el marcador. Guillermo Lorente arremetió, desordenó la defensa, Di Bernardo habilitó a Spirandelli y el jugador revelación del torneo marcó el primer try del Jockey. La conversión de Di Bernardo estableció el 13 a 13 con el que terminó el parcial. A partir de ahí restaba lo mejor, los últimos cuarenta minutos.
En el complemento la adrenalina subió a niveles inesperados. Las acciones fueron tan cambiantes que, de a ratos, la corona pasaba de una cabeza a otra y también la compartían.
A todo o nada
El tiempo apremió más a Duendes y los dirigidos por Tato Imhoff salieron a quemar las naves. Llegó el try de Selva y después el try penal concedido por Molinari. El 25 a 16 marcó una diferencia que enmudeció a más de media cancha.
Pero el corazón del local pudo más. Se sobrepusieron al mal momento, le pusieron el pecho a la situación y dieron vuelta la historia. Un penal y el try de Woelflin cuando el reloj rayaba la media hora emparejó las cosas y la conversión de Di Bernardo terminó por volcar el marcador en favor del Jockey.
Sin embargo a Duendes le quedó resto para una más y en el minuto final estuvo cerca de lograr el objetivo, pero se equivocó. Di Bernardo pateó la pelota afuera y el partido terminó. Recién ahí Jockey pudo liquidar la faena y dar rienda suelta a todos los festejos. Sumó su 12º título. Lo demás, ya es historia.
La Ciudad
