Año CXXXIV
 Nº 49.199
Rosario,
domingo  05 de
agosto de 2001
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Inferiores: Boca también se aprovechó del mal momento de la 5ª canalla

Mariano Bereznicki

Sigue en escala descendente. Por ahora, continúa sin pegar una y lo más grave de todo es que deja la sensación de ser un equipo sin ideas. Cómo se nota que este Central ya no es el mismo. Y eso que tiene un plantel muy rico en cuanto a las individualidades. Esta quinta división auriazul no funciona como debería hacerlo. Y Boca aprovechó para golearlo 3 a 0 y pegarle un nuevo empujón, como lo hizo Newell's la fecha pasada.
A los canallas se ve que el Clausura no les sienta bien. Primero fue Newell's quien abusó de este devaluado Central. Y ahora el turno fue de Boca. Los canallas parecen no captar el libreto que les tiran en los vestuarios sus técnicos.
La visita agarró la pelota y fue poniendo en aprietos a los dueños de casa ni bien comenzó el encuentro. Doffo y Ginóbili se encargaron de anular a Díaz y Ruggiero. Pastorutti y Caneo tuvieron a maltraer a los defensores canallas. Y Sebastián Garay, además de ser la figura de la tarde, fue el conductor de este ordenado Boca.
Central tuvo que luchar como pudo para tratar de aguantar las arremetidas de un conjunto xeneize que se mostraba muy ambicioso. Quizás habrá sido por esto que su goleador, el chaqueño Herrera, se las tuvo que ingeniar para pelear solo contra toda la defensa visitante.
Era previsible que la tarde no pintaba bien para los anfitriones. Y un claro ejemplo fue cuando Fares aprovechó una ayudita del arquero Guzmán para abrir el marcador.
Pero la tarde siguió oscureciéndose para los canallas porque la última línea brindaba todo tipo de regalos. Y así fue como llegó el segundo de Boca a través de Monesterolo, quien cabeceó solo ante la mirada de toda la defensa.
Luego, es decir en el complemento, las cosas siguieron como estaban desde un principio, es decir, con un Boca por demás de protagonista.
Los jugadores canallas continuaban sin generar peligro y sin poder tener la pelota, como están acostumbrado. Y merced a todo esto, padecieron el tercer grito.
Pastorutti, el primo de la Sole, estampó un derechazo impresionante que clavó la pelota en el ángulo de un estático Guzmán, quien al igual que al resto de sus compañeros, no le quedó otra que mirar cómo entraba.
Central había tocado fondo. Ya no había más tiempo y una nueva derrota estaba en puerta. Se nota que, por ahora, el Clausura no les sienta bien a los canallas.



Ginóbili aguanta el balón ante la presión de Charras.
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