Gustavo Conti
Por varias razones, Central Córdoba causó buena impresión. Por las mismas, el equipo alternativo de Newell's no. El amistoso mañanero del Gabino Sosa de ayer quizás le haya servido más al conjunto de Tablada, que por primera vez en toda la pretemporada puso un equipo en la cancha con el sello del eterno Ricardo Palma, pero tampoco debe restarle su importancia Juan Manuel Llop, que observó claramente cómo sus dirigidos eran dominados a voluntad hasta terminar perdiendo claramente por 2 a 0. Por eso, no hubo un jugador, integrante de cuerpo técnico o un hincha charrúa que no se haya ido satisfecho con el nuevo conjunto, recién armadito y tan prometedor de entrada. Por eso, tampoco los hubo del otro lado que no se hayan retirado con una mueca de disgusto ante tan poca exhibición.
Palma y los suyos tomaron el plantel hace dos semanas, observaron casi 200 jugadores en ese período y ayer enfrentaron a Newell's con un plantel más que interesante, teniendo en cuenta el contexto de crisis en el que se formó.
Y el 2 a 0 con el que despachó al Newell's suplente de Llop indudablemente los dejó conformes, porque algunos jugadores recién se conocían, porque los rojinegros hace rato que vienen trabajando juntos y jugando partidos, además de presentar varios jugadores que ya tienen varios partidos en primera, tales los casos de Real, Gigena, Damiani, Vojvoda y, en menor medida, Sánchez y Bono.
Además, otra vez Palma parece haber acertado en su pronóstico con los jugadores que trajo del interior de la provincia: Claudio Emmert (Ben Hur de Rafaela), un adolescente de 35 años que parece tener condiciones naturales para ser patrón de la defensa; Cristián Giacomini (Ben Hur) y su reemplazante en el complemento Santiago Raimonda (Centenario de San José de la Esquina), dos enganches rápidos, chiquitos e inteligentes; y el pibe Valiente, que venía jugando en Pujato y en apenas unos minutos en la cancha mostró desfachatez y confianza como para rematar de 30 metros y provocar el rebote en el arquero, que Zabala transformó en el segundo gol.
Con un esquema bien definido de tres en el fondo, con Emmert de líbero y Celebroni y el flaco Aranzadi (otro valor interesante el ex Brown de Arrecifes) haciendo hombre y absorbiendo a Gigena y Real, Córdoba también maniató las subidas de Elvio Martínez por izquierda (lo mejor de Newell's) y del movedizo colombiano Williams Vázquez por derecha a través de Santa Cruz y Aira, y manejó la pelota a su antojo en el medio gracias a la recuperación de Iuvalé y Santos, y el buen trato de Giacomini y luego Raimonda.
Así, Uranga y Zabala estuvieron permanentemente abastecidos y el ex Newell's mostró que no vino de paso a Tablada, marcando el primer gol en un córner y participando junto al potente uruguayo en todas las jugadas ofensivas de su equipo, que en el segundo tiempo fueron muchas, al punto que su rival prácticamente no pasó la mitad de la cancha.
Mientras Llop se fue preocupado por lo poco que dieron sus recambios, para Córdoba fue apenas un ensayo, pero la impresión favorable que dejó es hoy lo mejor que pudo pasarle, como para pensar que el equipo retomó la buena senda y disipó la tormenta que amenazaba destruirlo. Para empezar, no estuvo nada mal.
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La Ciudad
