¿Intento de robo o venganza?. ¿Víctima buscada o equivocada?. Esas dos preguntas son las que por estas horas se hacen varios investigadores de la Unidad Regional II de policía que tratan de dilucidar el crimen de un gendarme perpetrado la noche del último 20 de julio frente a un supermercado de la zona sur de la ciudad. En el episodio también resultó herido de bala un vecino del lugar y, finalmente, la policía abatió en un enfrentamiento a un menor de 15 años que huía tras intentar el ahora presunto atraco.
Hasta la semana pasada, la policía investigaba como un hecho de robo seguido de homicidio el golpe que dos jóvenes habían intentado dar en el autoservicio Badani, ubicado en la esquina de avenida del Rosario y Francia. Pero ahora, los rumores que en voz baja circulan por cada rincón de ese barrio han llegado a la Jefatura (ubicada a sólo seis cuadras del lugar) y el camino de la pesquisa parece haber tomado otro rumbo. Así lo confirmaron confidencialmente varios voceros policiales.
La primera versión de los hechos indica que a las 19.20 del 20 de julio, dos muchachos armados llegaron hasta el autoservicio y antes de ingresar fueron interceptados por el sargento de Gendarmería Mario Olivera, quien cumplía horas adicionales de custodia en el lugar.
Asaltantes y custodio se trabaron en una pelea y, según contaron algunos testigos, los jóvenes quisieron quitarle el arma a Olivera. En esas circunstancias el gendarme cayó al piso, uno de los ladrones le quitó el arma y empezó a dispararle. Dos de los tiros le atravesaron el cuerpo y Olivera murió horas después en el Heca.
Sin ingresar al local, cuya propietaria había bajado la persiana ante los sucesos, los jóvenes huyeron a la carrera haciendo disparos al aire. Una de las balas alcanzó a un vecino del lugar, Ernesto Liendo, de 54 años, quien milagrosamente sólo sufrió una herida superficial.
En su escape, los presuntos asaltantes se enfrentaron a balazos con un oficial del Cuerpo Guardia de Infantería que, franco de servicio, salió de su casa y se acercó al lugar para ver lo que pasaba. En la balacera resultó herido uno de los maleantes. Poco después, en avenida de Circunvalación y Arijón, se produjo un nuevo enfrentamiento entre los jóvenes y efectivos del Comando Radioeléctrico que los perseguían. Como consecuencia del tiroteo cayó muerto Claudio Ariel Godoy, de 15 años.
La otra hipótesis
La nueva hipótesis que manejan los investigadores del caso es que en realidad no hubo ningún intento de robo y que el gendarme Olivera fue la víctima equivocada de una venganza.
Al respecto, fuentes policiales relataron que el autoservicio contaba con una custodia permanente que estaba a cargo de dos gendarmes, quienes alternaban sus días y sus horarios: Olivera y un colega de quien se mantiene en reserva la identidad.
Precisamente este oficial anónimo habría sido testigo, días antes, del robo calificado de una moto perpetrado en la zona por un joven de apellido Godoy, a la postre hermano del menor abatido en el episodio investigado.
En esa línea de investigación, fuentes de Jefatura sostienen que ese gendarme declaró como testigo ante la policía e involucró a Godoy en el robo de la moto, por lo que el ladrón fue apresado y se mantiene alojado en la seccional 18ª.
A raíz de ese hecho, dicen en el barrio que el menor de los Godoy juró venganza al gendarme que mandó preso a su hermano y por eso llegó hasta el frente del autoservicio para cobrar la deuda y no para ingresar a robar en el comercio. Claro que el adolescente no sabía que entonces, quien estaba de custodia, no era el oficial que había involucrado a su hermano en el robo sino el fallecido Olivera.
Así las cosas, la División Judiciales de la Unidad Regional II y el juez de Instrucción Jorge Eldo Juárez, están ahora tras los testimonios que abonan esta nueva hipótesis para saldar un homicidio cuyo autor está muerto.