Un joven de 20 años fue víctima de un secuestro con connotaciones mafiosas al ser raptado por dos empleados de la empresa donde trabajaba, porque presuntamente habría robado 1.200 pesos de la entidad. En un intento por hacer justicia por mano propia, los agresores secuestraron al muchacho cuando compraba en un quiosco de la zona oeste, lo mantuvieron secuestrado durante dos horas en los galpones de la firma y lo golpearon salvajemente. Sin embargo se vieron obligados a liberarlo cuando la policía golpeó la puerta y preguntó por él. El episodio concluyó con la detención de dos hombres y el secuestro de armas de grueso calibre.
El muchacho secuestrado es Javier Martín Roldán, quien vive junto a sus padres en Colombia al 1900, en barrio Belgrano. El joven trabajaba para la empresa Lumen SRL, situada en San Juan 3778 y dedicada a la venta de heladeras y exhibidores de uso comercial.
Roldán había llegado la noche del jueves a Rosario desde la ciudad entrerriana de Concordia. Ese mismo día, según lo que el muchacho refirió a la policía, había presentado su renuncia a la sucursal que la empresa rosarina tiene en esa ciudad de Entre Ríos, y en la cual trabajaba desde hacía un mes.
La odisea comenzó en el mediodía de ayer. Alrededor de las 12.30, el muchacho caminó las dos cuadras que separan su casa del quiosco de Ituzaingó y Guatemala. Lo hizo acompañado por su novia, María Teresa Taboada, de 19 años. Cuando estaban esperando que los atendieran irrumpió un hombre que lo agarró del cuello, le apoyó un arma en la sien y, en medio de insultos, lo trasladó hasta un Renault 12 celeste donde lo esperaba un cómplice. El auto desapareció a toda velocidad con Roldán a bordo.
Testigos del secuestro contaron que la novia del chico raptado empezó a gritar con desesperación. El comerciante, los vecinos y los clientes no podían creer lo que habían visto. "Fue algo de un segundo. Yo estaba agachado, buscando un mapa para venderle a una piba y escuché el griterío. Después vi que al chico se lo llevaba un tipo armado pero no pudimos hacer nada", contó incrédulo el dueño del salón de ventas, de 39 años, escudado detrás del enjambre de rejas que protege por dentro su comercio.
Desesperados, los familiares del chico hicieron la denuncia en la seccional 14ª, a cargo del comisario Dante Franchini. Entonces todo era confusión: nadie llamaba por teléfono para pedir una recompensa y no había rastros del paradero del chico.
Golpeado en el local de la empresa
Finalmente,alrededor de las 14, los policías decidieron ir a buscarlo a la sede de la firma para la cual Roldán había trabajado. Golpearon la puerta del galpón de San Juan 3778 y preguntaron por él. "Ya va. Está acá adentro", respondió un empleado, según relataron fuentes policiales. Roldán apareció tambaleante, malherido y bañado en sangre. Intentó una explicación que no convenció a los agentes: "Me caí", dijo, pero cuando al fin quedó a solas con los uniformados les contó la verdad. Lo habían golpeado muy duro.
En el local fueron detenidos dos hombres acusados de ser los secuestradores y agresores de Roldán: Sebastián Malvestiti, de 26 años, quien es hijo del dueño de la empresa, y el empleado Carlos Manuel Rojas, de 47. Los agentes les secuestraron una pistola calibre 9 milímetros y una escopeta, e incautaron el Renault 12, patente REQ169, que habían utilizado para raptar al muchacho. En el vehículo hallaron las cintas usadas para amordazar a la víctima y sobre el tapizado había manchas de sangre.
"Los detenidos fueron interrogados y dijeron que el empleado había robado 1.200 pesos de la empresa en Concordia. Se los quisieron cobrar obviando el tribunal", señaló un vocero de Jefatura para explicar las causas del hecho. Los investigadores trataban de determinar si la sucursal entrerriana de la firma radicó una denuncia ante la policía por el supuesto robo. Al cierre de esta edición efectuaron un allanamiento en las instalaciones locales de Lumen SRL.
Roldán resultó con lesiones en las costillas, en el pómulo izquierdo y la entreceja. Fue asistido por personal del Sies y anoche permanecía internado, con custodia policial, en el hospital Carrasco. También su madre debió ser hospitalizada: la mujer es cardíaca y sufrió un preinfarto a causa de las horas de tensión que vivió. Fue internada en el Sanatorio Británico.
Los detenidos, en tanto, quedaron alojados en la seccional 14ª a disposición de la jueza de Instrucción Nº 6, Raquel Cosgaya que investiga el caso bajo la carátula de "privación ilegítima de la libertad y lesiones".