Año CXXXIV
 Nº 49.198
Rosario,
sábado  04 de
agosto de 2001
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La Haya no descansa: ahora acusa a bosnios musulmanes
Un día después de condenar al serbio-bosnio Krstic, la corte imputó a tres militares del otro bando

Amsterdam. - Un día después de haber sentenciado a un general serbio-bosnio por el genocidio de miles de musulmanes, el tribunal de las Naciones Unidas dio a conocer ayer las acusaciones contra tres bosnios-musulmanes por crímenes de guerra contra serbios y croatas.
Un coronel y dos generales bosnios-islámicos han sido acusados de ser responsables de la ejecución de civiles y prisioneros de guerra, de utilizar rehenes como escudos humanos durante los enfrentamientos, y de llevar a cabo saqueos y destrozos en ciudades y pueblos durante 1993.
Los sospechosos fueron detenidos por la policía bosnia el jueves. El portavoz del tribunal, Jim Landale, señaló que no sabían si los iban a trasladar al centro de detención de la ONU cerca de La Haya.
El arresto, las respectivas acusaciones, y el primer veredicto sobre genocidio del tribunal, indican la creciente influencia y aceptación de la autoridad del tribunal en la antigua Yugoslavia.
Estos arrestos son los primeros realizados por la federación islámico-croata en su territorio.
La 19 cargos acusan a los tres oficiales de no haber prohibido a sus tropas cometer las atrocidades de las que ellos tenían conocimiento, o deberían haber sabido que iban a suceder.
Sin embargo, el tribunal no los acusó de haber cometido personalmente, o haber ordenado, acciones ilegales, pero indicaron que eran militares con oficio, acostumbrados al orden y disciplina militar.
La gran mayoría de los más de 100 sospechosos acusados por el tribunal son serbios. Tan solo tres islámicos se han enfrentado a un proceso judicial. Uno fue absuelto y los otros dos condenados.
El jueves, el tribunal condenó al general serbio-bosnio Radislav Krstic por genocidio en el enclave de Srebrenica, protegido por la ONU, donde 8.000 hombres islámicos fueron asesinados en tan solo una semana en 1995. Krstic fue sentenciado a una condena de 46 años de prisión, la mayor hasta ahora de la corte.


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