El jefe de Gendarmería Nacional, Hugo Miranda, se quejó ayer ante el presidente Fernando de la Rúa por "las limitaciones de orden presupuestario" que enfrenta esa fuerza, y reveló que sobre una planta de 18.000 efectivos "sólo el 11% del personal cubre los costos de la canasta familiar", mientras de un 49% se ubica en "el nivel de pobreza e indigencia".
Miranda aprovechó el acto conmemorativo del 63er. aniversario de la Gendarmería -al que concurrió De la Rúa y algunos de sus colaboradores- para introducir en su discurso un exhaustivo análisis de la grave situación de la institución. El presidente, a su turno, reconoció la tarea que lleva adelante Gendarmería pese a "las adecuaciones presupuestarias de los últimos tiempos".
El duro reclamo del comandante no deja de preocupar al gobierno, ya que esa fuerza es precisamente la que tiene que contener los cada vez más generalizados conflictos sociales, derivados precisamente de una coyuntura económica de la que los gendarmes también son víctimas.
Al oficialismo le inquieta una situación paradójica: quienes tendrán que intervenir para garantizar la paz ante eventuales desbordes la semana próxima, cuando se realice el maratónico piquetazo de 48 horas contra el ajuste y la rebaja salarial serán hombres que seguramente sentirán la misma bronca porque también fueron ajustados.
Sugestivamente, al hacer referencia a las restricciones presupuestarias, Miranda sostuvo que los magros "34 millones de pesos anuales" que recibe anualmente la institución "no dejan lugar para desarrollar al máximo el potencial operativo institucional". La oportunidad del llamado de atención no puede ser desestimada, ya que luego de la protesta mencionada está programada otra, esta vez por tiempo indeterminado.
Indigentes de uniforme
En relación a los haberes del personal, el jefe de Gendarmería sostuvo que de una planta de 18 mil efectivos "sólo el 11% cubre los costos de la canasta familiar en orden a los valores fijados por el Indec". Luego agregó que "el 40% percibe un salario de bolsillo que los posiciona en el nivel de subsistencia y el 49% restante percibe un salario inferior a 500 pesos, que los ubica entre el nivel de pobreza e indigencia".
En la Escuela de Gendarmería Martín Miguel de Güemes, en Ciudad Evita (La Matanza), De la Rúa defendió el nuevo ajuste: "Estamos en un camino de responsabilidad patriótica frente a medidas estrictamente necesarias para superar los problemas económicos y sociales que vienen de fondo y que hay que vencer para asegurar definitivamente nuestra independencia".
A su turno, y pese a las quejas, Miranda reconoció la "permanente preocupación" del jefe del Estado por mejorar las condiciones de la fuerza y ratificó su "orgullo" porque la carencia de recursos "en modo alguno impiden el cumplimiento del deber".
Asimismo, reivindicó el accionar de la Gendarmería en el último conflicto social en Salta y remarcó que "no existe a la fecha prueba en instancia judicial alguna que impute a la Gendarmería en el deceso de un solo ciudadano, en cualquiera de los incidentes".
En coincidencia con Miranda, De la Rúa cuestionó "la crítica ligera" sobre el accionar de la fuerza de seguridad en la represión a piqueteros en General Mosconi y reiteró su "orgullo por la forma en que se han desempeñado".
De la Rúa expresó su confianza de que el país "saldrá adelante de las dificultades transitorias para que las Fuerzas Armadas y de Seguridad tengan el reconocimiento que merecen y podamos mejorar también su equipamiento".
El presidente y Miranda también hicieron hincapié en la "efectividad demostrada por la Gendarmería en el decomiso de mercadería de contrabando y en la lucha contra el narcotráfico". En ese sentido, el comandante destacó que durante el año pasado y hasta la fecha su fuerza realizó "más de 290 mil procedimientos", entre intervenciones migratorias y secuestro de armas de fuego, en tanto que decomisó mercaderías de contrabando por una cifra superior a los 105 millones de pesos.
Del acto participaron los ministros del Interior, Ramón Mestre, y de Defensa, Horacio Jaunarena; el secretario de Seguridad, Enrique Mathov; el jefe del Ejército, teniente general Ricardo Brinzoni, y el titular de la Policía Federal, Rubén Santos, entre otras autoridades civiles y militares.
Durante la ceremonia se entregaron distinciones al personal destacado en actividades de servicio, entre ellos al sargento ayudante Mario de Jesús Bravo, quien fue herido de bala en el conflicto de General Mosconi, y al cabo primero Pedro Cardozo, por haber organizado en el terreno de su casa, en Moreno, un comedor comunitario para niños y ancianos.
La Ciudad
