Año CXXXIV
 Nº 49.198
Rosario,
sábado  04 de
agosto de 2001
Min 15
Máx 29
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





El Vasco estuvo en boca de todos. Lo acusan de "poco responsable"
La reacción de Usandizaga provocó duros cruces verbales en el radicalismo
La clase política santafesina no ocultó su asombro por la actitud del senador

Walter Palena

La reaparición pública de Horacio Usandizaga y las explicaciones que dio sobre su ausencia cuando el Senado nacional votó la ley de ajuste fiscal, generó ayer diversas reacciones dentro del ámbito político santafesino. Sus detractores no dejaron de aprovechar la oportunidad para seguir achacándole su actitud "poco responsable" y de pedir que la conducción del radicalismo "examine" su posición. Sus defensores justificaron el faltazo con el argumento de que no era "importante" la presencia del Vasco para que el gobierno cumpla finalmente su cometido. No hubo voces indiferentes, aunque sí algunas opiniones contemporizadoras, sobre todo de dirigentes que no pertenecen a la UCR.
El efecto Vasco actuó ayer como disparador para que las diferentes corrientes del radicalismo santafesino no logren cerrar las heridas que se abrieron tras los últimos comicios internos, que, sumados a los viejos rencores nunca zanjados, provocaron un cóctel explosivo con consecuencias imprevisibles para el futuro electoral de la Alianza.
"Lo de Usandizaga me dio pena", sorprendió el diputado provincial Angel D'ambrosio. El líder del sector Celeste, quien compartió con el Vasco años de militancia y estuvo a su lado en la función pública, consideró como "lastimosa" la imagen de Usandizaga brindando explicaciones dentro de un supermercado, rodeado por vecinos que le reprocharon sus vacaciones en España justo cuando en el Senado se debatía una ley clave para el gobierno.
"En su momento intuí que la situación era grave, por eso solicité la intervención del partido", dijo D'Ambrosio, y se preguntó: "¿Acaso alguien piensa que esto no va a tener incidencia en las elecciones?".
D'Ambrosio ratificó que le mandó una carta al presidente provincial de la UCR, Guillermo Aramburu, para que la conducción analice la conducta de Usandizaga y adopte medidas ante su incumplimiento.
Aramburu admitió ayer a La Capital que ya tiene en su oficina el fax que le envió D'Ambrosio y que le dará el tratamiento debido dentro de los organismos partidarios, sin excluir la intervención de la convención nacional del radicalismo.
Sin embargo, Aramburu ensayó una explicación sobre la actitud que asumió Usandizaga, aunque remarcó que lo hacía a título personal y no como titular del radicalismo. "Para mí no se trata de indisciplina partidaria, porque cuando la ley se trató en Diputados y Senadores, los legisladores de la Alianza no actuaron en forma monolítica", afirmó, y puso como ejemplo el caso del senador Leopoldo Moreau.
Al enterarse de las declaraciones de Aramburu, D'Ambrosio puso el grito en el cielo: "Acá hay dos posiciones. O se toma conciencia de lo que produjo Usandizaga o nos hacemos los distraídos para darle un trámite burocrático a nuestro pedido. El partido tiene que fijar una posición y la puede hacer el viernes que viene, ya que hay una convención autoconvocada para hablar de las elecciones. No es necesario recurrir a otra instancia".
Pero este no fue el único encontronazo que tuvo D'Ambrosio con un colega radical como consecuencia del efecto Vasco. Antes, el líder de los celestes cruzó al concejal usandizaguista Jorge Boasso, a quien trató de "un profesional de la difamación".
Boasso, enterado de la pretensión del dambrosismo para que el partido sancione a Usandizaga, le dijo a La Capital que esos pedidos hay que tomarlos como de quién viene. "D'Ambrosio es un caradura y no tiene entidad política. Fue un ñoqui del Concejo: en dos años asistió cuatro veces al recinto", disparó, y desafió a La Capital para que vea las actas y, así, comprobar sus dichos.
"No vale la pena contestarle a Boasso: es un profesional de la difamación", dijo D'Ambrosio, y agregó: "Aun si Boasso llegara a comprobar que yo soy un hijo de puta, eso no salva lo que hizo Usandizaga".
Otro dirigente radical que aprovechó la ocasión fue Luis Cáceres. El Changui dijo que no le asombró la actitud de Usandizaga, al que calificó de "eterno ausente" de los temas centrales y recordó su faltazo cuando se votó la ley laboral y la de fueros.

Posiciones variadas
En contraste de las encendidas declaraciones de los radicales, los dirigentes políticos de otros partidos consultados por La Capital variaron sus posiciones entre la moderación y la chicana sutil.
El diputado nacional Alberto Natale (PDP) optó por no hacer leña del árbol caído y marcó diferencias con la actitud que asumió su bloque cuando el ajuste se trató en la Cámara de Diputados. "Cada legislador es responsable de sus propios actos. Los demócratas progresistas dijimos presente, debatimos y votamos según nuestras convicciones", ejemplificó.
No tan contemporizadora fueron las consideraciones de su colega María Emilia Biglieri. La diputada pedepista enfatizó que en época de crisis los legisladores tienen que estar siempre a disposición para enfrentar la grave situación que atraviesa el país: "Es imposible dar una definición lógica de un senador (por Usandizaga), más aún si es del mismo color político que del gobierno. No se puede excusarlo de esta falta".
Héctor Cavallero (PPS) señaló que no es su tarea involucrarse en las situaciones de otros partidos, mientras que Carlos Castellani (Ucedé) sólo se limitó a decir: "Prefiero opinar de cosas más filosóficas".



Usandizaga no fue al Senado cuando se trató el ajuste.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
El "efecto Vasco" retumbó en el Congreso
Diario La Capital todos los derechos reservados