El histórico Wankdorf-Stadion de Berna, que albergó, entre otros eventos, la final del Mundial de fútbol de 1954, fue derribado ayer en la capital suiza para construir otro nuevo. Unos 20 kilos de material explosivo bastaron para volar en segundos el legendario coliseo, que fue inaugurado precisamente para el Mundial de Suiza, aunque una de las torres de iluminación, de 50 metros de altura, resistió inicialmente a la demolición. En el Mundial de 1954 Alemania se proclamó por primera vez campeona del mundo al derrotar por 3 a 2 a Hungría en la final. En el solar del viejo Wankdorf-Stadion se construirá un moderno estadio cuya inauguración está prevista para 2004.
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