Buenos Aires.- En dos hechos con características similares, dos empresarios fueron asesinados a balazos por ex empleados suyos que pretendieron saldar así cuestiones laborales. En uno de los casos, uno de los homicidas terminó quitándose la vida.
El primero de los asesinatos ocurrió en la localidad bonaerense de San Miguel donde el dueño de una óptica murió baleado por un ex empleado que entró a su local para reclamar por una presunta promesa laboral incumplida y al no obtener respuesta le disparó delante de los clientes y después se suicidó en la calle.
"Vos no vas a engañar a más gente", gritó Ricardo Escobar antes de disparar con un pistolón al óptico Roberto Gilardi, que estaba atendiendo detrás de un mostrador, según los dichos de los clientes que había en el lugar.
Los balazos impactaron en el pecho del comerciante, quien murió en el lugar. Apenas consumó el crimen, el asesino salió a la calle y se mató en la vereda de un tiro en la sien.
De acuerdo a las primeras investigaciones, Escobar era un ex empleado de la víctima, con quien negociaba realizar un emprendimiento que pudo haberse frustrado o el cobro de una deuda por la relación laboral mantenida.
"El suicida estaba fundido económicamente y hace tiempo pedía a la víctima que le permitiera instalar un pequeño espacio de venta dentro de su óptica, como esto se demoraba perdió el control", especularon fuentes policiales.
Zapatero asesinado
En tanto, el dueño de una fábrica de zapatos fue asesinado ayer de un balazo en la cara en una calle del partido bonaerense de Lomas de Zamora y los investigadores presumen que el homicida es un ex empleado de la víctima.
El caso, investigado por la comisaría 1ª de Lomas de Zamora y el fiscal Oscar Acevedo se produjo pasadas las 12.30 en la esquina de Colombres y Posadas, de Lomas de Zamora.
De acuerdo al relato de la hija del comerciante, el homicida es un ex empleado de la fábrica a quien identificó como "Don Ruiz". La mujer también relató que después de matar a su padre, el asesino le apuntó con el arma pero no alcanzó a disparar. Ante esa declaración, los policías investigan si el crimen fue motivado por un problema laboral entre la víctima y el acusado.
El comerciante asesinado, de 55 años, se apellida Corrado, pero no se informó su nombre.
Las fuentes precisaron que "por la mañana, el ex empleado había pedido una entrevista con el comerciante, pero este se negó".
Con los datos aportados por la hija del dueño de la fábrica, la policía busca intensamente al acusado del crimen.
Un peritaje médico reveló que el comerciante murió por un disparo en la cara.