Año CXXXIV
 Nº 49.195
Rosario,
miércoles  01 de
agosto de 2001
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Israel intensificó su política de ataques selectivos contra blancos palestinos
Diez personas, entre ellas un dirigente islámico de Hamas y dos niños, murieron en Gaza y Cisjordania

Nablús, Cisjordania. - Diez palestinos, entre ellos dos niños y el líder de Hamas en Nablús, murieron ayer en Medio Oriente, en uno de los ataques más violentos desde el inicio de la Intifada, en septiembre de 2000. Ocho personas, entre los cuales dos niños de 8 y 10 años, fallecieron en el bombardeo israelí contra la oficina del líder de Hamas en Nablús, Cisjordania, que murió en el hecho. El ataque fue tan fugaz que los palestinos en la zona ni siquiera sabían si fue por aire o por tierra. Al menos dos misiles entraron a través de las ventanas del tercer piso del edificio de siete plantas donde Hamas tiene oficinas, dijeron testigos. Los niños muertos en Nablús, hermanos de 8 y 10 años, estaban en un comercio cercano cuando las oficinas de Hamas fueron impactadas por lo que testigos dijeron podrían haber sido misiles o proyectiles de tanques.
El gobierno del presidente norteamericano George W. Bush condenó el ataque israelí, al que definió como una violación del cese del fuego.
Horas antes, en Gaza, un policía de la Autoridad Nacional Palestina, ANP, y un militante de la Jihad islámica también resultaron muertos en enfrentamientos con soldados israelíes.
El ataque israelí en Nablús fue definido como una acción "preventiva", en un comunicado del gobierno del premier Ariel Sharon, y dirigida a impedir atentados en preparación contra Israel. Sin embargo, podría terminar desencadenando una nueva serie de ataques suicidas del movimiento integrista islámico, según observadores.
La reacción de la ANP no se hizo esperar. El ejecutivo de Yasser Arafat, que hoy y mañana estará en Italia en visita oficial, considera a Sharon "el directo responsable" del ataque de Nablús. Además declaró dos jornadas de luto nacional y una huelga general en los territorios ocupados para protestar contra la política de "ejecuciones con blanco preciso" emprendida por el gobierno de Israel. Horas más tarde del ataque, un duro enfrentamientos armado entre palestinos e israelíes se desarrolló entre Belén y Jerusalén, informó la televisión comercial israelí, y ráfagas de ametralladora alcanzaron el barrio judío de Ghilo, en el sector ocupado de Jerusalén este. El ataque que desencadenó la matanza en Nablús estaba dirigido contra un departamento de un tercer piso en un edificio del centro de Nablús.

Muerte instantánea
Las explosiones fueron imprevistas y diversos testigos dijeron que apenas pudieron percibir el silbido de los misiles y proyectiles. La muerte fue instantánea para Jamal Salim y Jamal Mansur, dos líderes locales de Hamas, y para otros tres militantes islámicos. Debajo de los escombros quedaron también el periodista Mohammed Bishawi, del diario Al-Hayat Al-Jadida, que estaba en el lugar para entrevistar a Mansur, y dos hermanos, Ashraf y Bilal Abulmenem, de 8 y 10 años, que estaban jugando en la entrada del edificio atacado.
Los socorristas extrajeron de los escombros unos 15 heridos, dos graves, mientras en la calle miles de palestinos, en su mayoría simpatizantes de Hamas, pedían venganza y gritaban consignas de apoyo a la lucha armada y a atentados suicidas en contra de Israel. "La población de Israel pagará un precio muy alto", amenazó desde Gaza el jeque Ahmed Yassin, fundador y líder de Hamas. También Sharon y el ministro de Relaciones Exteriores Shimon Peres están ahora en la mira de los islámicos. Yassin prometió una respuesta del ala militar de Hamas: "Israel ha superado todos los límites. El pueblo israelí descubrirá que nuestra sangre no es barata. Dejo a las brigadas Qassam la reacción tras el ataque israelí".
La de ayer fue la jornada más sangrienta desde el día del atentado suicida en Tel Aviv que, hace dos meses, provocó la muerte de 21 jóvenes israelíes. El ataque contra Nablús sigue la tarea iniciada el lunes por helicópteros de combate israelíes contra una estación de policía palestina, que provocó siete heridos en Gaza, y la misteriosa explosión del domingo en Fara, Cisjordania, en la que murieron seis militantes de al-Fatah buscados por Israel.
El gobierno de Israel reconoció haber provocado el ataque contra los líderes de Hamas en Nablús y expresó que lamentaba la muerte de los dos niños palestinos. Al mismo tiempo justificó la acción con la necesidad de prevenir nuevos atentados, ya que, dijo, los militantes de Hamas planeaban un atentado en el momento en que fueron alcanzados por misiles. En Jerusalén y en el territorio israelí desde hace días se vive en estado de alerta en el temor de acciones suicidas de parte de los "kamikaze" islámicos.
Precisamente en la oficina de Jamal Mansur, refirió la televisión israelí, se proyectó en junio el atentado contra la discoteca de Tel Aviv. Mansur, agregó el emisario, era considerado el más lúcido de los ideólogos de Hamas en Cisjordania. Mansour había purgado varios años en prisiones israelíes.
El gobierno estadounidense criticó el ataque de Israel contra un cuartel del grupo islámico Hamas, calificándolo de violación de una tregua con los palestinos. El portavoz del presidente George W. Bush, Ari Fleischer, declaró a la prensa: "Violencia es violencia y el presidente ha deplorado la violencia en la región". Un portavoz del Departamento de Estado, Charles F. Hunter, dijo que tanto la política israelí de eliminación selectiva de presuntos terroristas, como la matanza de civiles por parte de palestinos, son injustificables.



Un militante es retirado del edificio de Hamas atacado.
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