Año CXXXIV
 Nº 49.195
Rosario,
miércoles  01 de
agosto de 2001
Min 16
Máx 17
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Al servicio de la cura
El centro de día como alternativa para tratar adicciones

Las adicciones, tanto a drogas, alcohol o psicofármacos, alcanzaron tal grado de desarrollo en la sociedad que se convirtieron en uno de los problemas principales de salud mental. Esta condición endémica de los comportamientos consumistas direcciona los esfuerzos de profesionales e investigadores para generar tanto modelos preventivos como enfoques terapéuticos eficaces.
Por esto se hace necesario contar con un paquete variado de propuestas de tratamiento como una exigencia que nace de la complejidad de la subjetividad del adicto, así como de la multiplicidad de variables (sociales, económicas, culturales y familiares) que concurren en la producción del drogadependiente.
En la clínica de lo diferencial se impone abordar al sujeto en la singularidad de su condición, a los efectos de determinar el tipo y modalidad de abordaje terapéutico más conveniente.
De allí que el centro de día se impone como uno de los recursos más eficaces para los procesos de recuperación y rehabilitación de adictos. Se trata de un dispositivo institucional que permite que la persona concurra diariamente a su tratamiento -en módulos de 4 u 8 horas- y regrese luego a su hogar. El retorno periódico al lugar donde comenzó a gestarse su adicción implica pensar en que la persona no se aísla ni de su familia ni de su entorno sociocomunitario.
Además, le posibilita a quien estudia o trabaja, continuar con su actividad en la medida que no interfiera con el tratamiento. Claro que, contradictoriamente, lo obliga a afrontar aquellas situaciones conflictivas que, en cierto modo, lo sumieron en el consumo. Pero este aspecto de su cotidianeidad pasa a ser objeto de análisis en los espacios clínicos del centro. Es decir, se crean las condiciones para la indagación y elaboración de la multiplicidad de problemáticas que se conjugan para producir el fenómeno adictivo.
Para tal fin los residentes requieren de psicoterapia grupal, individual y familiar, además de la concurrencia a talleres socioeducativos (periodismo, lectura crítica de la realidad, recreación, deportes, teatro, psicodrama) donde se desarrollan los aspectos cognitivos y psicomotrices.
Se trata de articular toda la estructura institucional al servicio de la cura, entendida no como la mera supresión del consumo, sino como la reestructuración interna del sujeto, que le posibilite enfrentar operativamente las contradicciones emergentes, como también reaprender nuevos estilos de vida, elaborando proyectos con sentido de futuro.
Horacio S. Tabares
Psicólogo


Diario La Capital todos los derechos reservados