Un importante porcentaje de personas deja de fumar en forma autónoma y sin ningún tipo de ayuda. De igual modo, otros buscan solucionar su problema de tabaquismo y no saben cómo hacerlo.
El tabaco hace tiempo ha de dejado de ser un simple hábito para convertirse en uno de los agentes más nocivos que perjudican la salud y la calidad de vida. El tabaquismo es un reconocido factor de riesgo modificable, que no atendido en tiempo y forma es un promotor de enfermedades, aumentan los riesgos de accidentes, incapacidad temprana o muerte prematura.
Ya no se trata de un problema individual que se circunscribe a la persona fumadora, sino que representa una seria problemática social, fundamentalmente por el impacto que produce en los sistemas de salud. A primera vista un fumador es una persona que consume cigarrillos, hecho socialmente aprobado y estimulado, pero en realidad el fumador busca satisfacer una necesidad que se expresa en dos planos: biológico y psicológico. Por un lado necesita satisfacer el deseo de encender un cigarrillo, y por el otro, y mucho más importante, necesita introducir en su organismo una dosis de nicotina.
La nicotina es una sustancia química altamente adictiva, que aumenta su poder a medida que se instala el hábito de fumar.
El tabaquismo comienza a ser considerado tal como es: una adicción a una sustancia psicoactiva muy poderosa. Es considerada como una de las más difíciles de abandonar en un proceso de desintoxicación.
Cómo dejar de fumar
Es muy difícil encontrar una persona que no sepa o no esté informada sobre los efectos nocivos del cigarrillo, como también lo es encontrar personas que sepan cómo hacer para abandonar su dependencia tabáquica. Por esto el programa para dejar de fumar focaliza sus estrategias en cómo hacer para alcanzar la meta deseada, estructurándose en dos ejes: información adecuada y saludable (no al miedo) y plan de acción (operaciones posibles y concretas).
Esto se plasma en un conjunto de herramientas tales como:
* Información útil y accesible
* Técnicas aplicables y eficaces
* Material comprensible
* Contención permanente
* Estrategias personalizadas
* Tiempo óptimo
En la primera etapa la persona podrá evaluar su condición de fumador (estilo, nivel de dependencia, intensidad) observando qué grado de adicción alcanza. Podrá evaluar cómo su paradigma o mapa mental construido a través del tiempo excluye toda posibilidad de cambio.
El fumador tendrá que acceder a comprender que mantener el hábito de fumar es sostenido y reforzado por su propio accionar, basado en un andamiaje de creencias y supuestos nunca antes puestos en discusión, o por vivencias confirmadoras que hacen que esta sea la única respuesta ante las exigencias de la vida.
En la segunda etapa se intenta enriquecer y capacitar a la persona en el desarrollo del autocontrol, como la capacidad de proponerse objetivos y cumplirlos, de dirigir los esfuerzos hacia metas propuestas. Esta es una capacidad que se aprende. Y este aprendizaje permite aumentar los umbrales de tolerancia a la frustración, o dicho de otra manera, proseguir con las metas propuestas aun en condiciones adversas o poco favorables.
En esta etapa esencial se busca escapar del pensamiento mágico de que "todo lo que nos propongamos se va a cumplir". No se trata de algo tan ingenuo, sino de adquirir la capacidad de no ceder ante las dificultades que en todo desafío se presentan. Es un trayecto desde la creencia de "yo no puedo nada" hacia "yo puedo algo", generando así una alternativa flexible frente a resistencias rígidas que perpetúan el problema.
El ejercicio físico, las técnicas cognitivas y el aprendizaje de cómo producir efectos sobre la fisiología del organismo otorgan herramientas para progresar en el arte del autocontrol. Esto tendrá una primera acción sobre el hábito del fumar reduciendo su consumo y luego en la puesta en marcha de mecanismos incompatibles con el fumar: programa de nutrición y ejercicios.
La progresiva reducción del consumo de nicotina va paralela al incremento de los niveles de ansiedad. Esta respuesta esperable en el fumador se trabaja con técnicas específicas en el manejo de la ansiedad y en el control del estrés.
En esta instancia la persona estará al tanto de qué lugar ocupa el fumar en su vida. El programa ofrece un bagaje técnico e informativo que predispone a encontrar otras respuestas (más beneficiosas) a las dificultades que la vida le depara. De lo que se trata es encontrar la combinación equilibrada entre la contención grupal y la comprensión individual según necesidades y tiempos personales.
La preparación para enfrentar la abstinencia requiere no sólo de entrenamiento y capacitación, sino también exige generar un horizonte distinto, pensar en nuevas y creativas metas a corto y largo plazo, reconocer los propios déficits y defensas frente al nuevo desafío.
Manuel Del Castillo
Alejandro De Giovanni
Psicólogos