La liberación del tránsito en el microcentro está cada vez más cerca. El Concejo Municipal le dio ayer un guiño clave al proyecto del Ejecutivo que propone eliminar las restricciones al ingreso de vehículos en el sector comprendido entre Rioja, Entre Ríos, Santa Fe y San Martín. La prueba piloto, que se implementaría desde mediados de agosto, se extenderá por cuatro meses e irá aplicándose en forma progresiva. Tras un pedido de los concejales, la calle Corrientes mantendrá la prohibición del estacionamiento desde Mendoza a Urquiza. Pero se mantuvo la intención municipal de trasladar el estacionamiento medido desde Mendoza a Pellegrini y desde Urquiza hasta Brown.
Los cambios propuestos por la Municipalidad en algunos sectores emblemáticos del centro rosarino persiguen el objetivo de revitalizar esa zona. Con ese objetivo, la Secretaría de Servicios Públicos lanzó originariamente una propuesta para que el centro sea como hace 21 años; o sea, con acceso libre para todos los vehículos durante las 24 horas. En el marco de las modificaciones, también se volvería a la calle Corrientes con el estacionamiento medido sobre la derecha.
Claro que para que todas estas innovaciones tengan asidero, primero debían pasar por la aprobación del Concejo. Y ayer, en el anexo de Juan Manuel de Rosas y Córdoba se produjo una reunión más que significativa para que todo marche sobre ruedas.
El encuentro se llevó a cabo a las 11 en la comisión de Servicios Públicos del Concejo -representada por ediles de los distintos bloques- que recibió la visita del secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad, Miguel Lifschitz, y el director de Ingeniería de Tránsito, Santiago Tazzioli, entre otros funcionarios.
Lifschitz abrió el debate con una exposición de 25 minutos, casi sin interrupciones, en la que explicó que la iniciativa propuesta "responde a varios pedidos de comerciantes del centro" que consideran que la restricción vehicular perjudica el desarrollo de la zona.
"Desde mi punto de vista, yo dudo que se mejore el aspecto comercial con la liberación", admitió el funcionario, convencido de que la falta de consumo responde más a la problemática general del país que a una cuestión de circulación de autos.
Para avalar su proyecto, recordó que se analizaron tres posibles dificultades: la congestión del tránsito, la mayor afluencia de peatones y las incidencias ambientales, como el incremento de la contaminación y el ruido.
Pero ninguno de estos factores podría hacer caer el plan municipal, según sus estudios. Un relevamiento de Servicios Públicos sobre la circulación de los vehículos en el microcentro detectó un pico entre las 7 y las 9, coincidente con el horario de carga y descarga, otro pico menor de 13 a 14, una llanura hasta las 17 y un último pico a las 19. O sea, el congestionamiento vehicular sería un problema menor, dado que se comprobó que una gran cantidad de autos circula habitualmente por las calles accesorias al microcentro. Estos horarios coincidirían con el movimiento de peatones; por lo tanto, la segunda dificultad estaría superada, al igual que la relativa a los niveles de ruido y contaminación.
Tazzioli agregó que otra de las alternativas es la reducción de la velocidad máxima en la zona, que pasaría de 40 a 30 kilómetros por hora, lo que se traducirá en mejores condiciones para el peatón.
"Los rosarinos no somos mogólicos"
El concejal radical Jorge Boasso fue el primero en proponer una alternativa a la propuesta municipal. "Los rosarinos no somos mogólicos, no hace falta un período experimental de 180 días para que nos adaptemos", increpó. Y fue más allá cuando le dijo: "Parece que tuvieran miedo de implementarla". Lifschitz le respondió: "No, miedo no, pero no podemos ser imprudentes".
Finalmente, el funcionario consideró la reducción de la prueba piloto y la pasó a 120 días; los primeros 60 con restricciones en el tránsito del microcentro sólo de 10 a 15.30, y los otros 60 días con libre ingreso.
Lifschitz también aceptó cambios para las modificaciones en calle Corrientes. Luego de admitir que la experiencia del carril exclusivo y el estacionamiento a la izquierda no fueron propuestas exitosas, aceptó que se mantenga la prohibición del estacionamiento desde Mendoza a Urquiza. En tanto, el estacionamiento medido pasará a la derecha desde Mendoza hacia Pellegrini y de Urquiza hacia el norte.
Todo hace prever que, con este panorama, en dos sesiones más el Concejo decidirá aprobar la prueba piloto de la Municipalidad. Pese a que los taxistas y los remiseros rechazan esta medida, los comerciantes verán con buenos ojos esta movida en el centro. Si se cumplen los plazos previstos, a mediados de agosto la circulación de la zona céntrica comenzará a desandar el camino del cambio.