La sanción de la ley de déficit cero en el Senado descomprimió la tensión sobre la coyuntura de la economía argentina aunque no fue suficiente como para despejar la ola de temores que sobrevuelan en torno al futuro financiero del país. En rigor, el camino que allanó la Cámara alta en la madrugada del lunes le da tiempo al gobierno para llevar adelante una reforma más profunda del Estado que permita equilibrar las cuentas públicas y disminuir las necesidades externas.
La sanción de la ley también cosechó elogios entre los analistas de Wall Street, el presidente de Brasil Fernando Cardoso y el premier inglés Tony Blair. Analistas y economistas locales e internacionales advirtieron que pese a la inyección de buen humor que la medida causó en los mercados, de por sí no generará una mejora en el nivel de actividad.
El economista de Infupa, Manuel Solanet, consideró que la iniciativa aprobada por el Senado "era condición necesaria pero no suficiente" para la recuperación de la economía. "Creo que es una bisagra y demuestra que cuando la situación llega al límite se rectifica en el sentido positivo", destacó.
Un problema de dólares
Con una visión mucho más crítica, Héctor Valle, economista y presidente de la Fundación de Investigación para el Desarrollo (Fide) vaticinó que "vamos a tener, si todo marcha como prevé el gobierno, un período quizás de ligero aflojamiento en la tensión respecto a la Argentina y, a poco andar, probablemente volvamos a las andadas".
"Porque el problema fundamental que tiene la Argentina no es tanto fiscal, es básicamente un problema de generación de dólares: Argentina no genera los dólares compatibles con el nivel de compromisos externos que tiene el sector público y el sector privado", explicó el economista.
Por su parte, el economista Carlos Melconian afirmó que "nadie en la clase política argentina quiere quedar como el responsable de que la Argentina se caiga. Pero he visto una preocupación muy racional y creo que todo va en camino de que Argentina pueda implementar este conjunto de medidas que impuso la realidad". Para el especialista, se trata del "puntapié inicial".
Jorge Avila, economista del Cema, señaló que "sin la ley de déficit cero, con toda seguridad, la Argentina en una, dos, tres o cuatro semanas terminaría cayendo al abismo, iría al colapso. Con ella creo que podemos salir de la crisis, sin embargo no es seguro".
"El éxito depende de dos cosas: en primer lugar de la capacidad de aguante de los bancos, que yo creo que por el momento es buena, y en segundo lugar, de la firmeza y de la convicción que vaya demostrando el gobierno frente a los piquetes, a los levantamientos y a los conflictos sociales que se van a suceder hasta octubre", agregó el economista del Cema.
Alejar al default
Carlos Pérez, economista de la Fundación Capital, expresó su preocupación por la situación del sistema financiero, y destacó que "desde el 10 de julio se empieza a ver una caída muy fuerte en las reservas y los depósitos del sistema financiero" y se mostró más escéptico respecto de las posibilidades de una reactivación de la economía para este año.
"Creo que este año el crecimiento económico no debiera ser lo prioritario, por lo menos en el registro estadístico, sino la recuperación de los depósitos a los niveles precrisis y debe ser el año para más que alejar, hacer desaparecer por completo la posibilidad del default", señaló Pérez.
Daniel Artana, economista de Fiel, afirmó que tras la decisión "hay que estar obsesionado" para lograr la reactivación en el 2002 y explicó que "la gente quiere ver a los políticos actuando, ejecutando y no sólo votando leyes".
El analista de la calificadora de riesgo Moody's, Mauro Leoz, señaló que si bien es "una señal importante" en el corto plazo "va a haber una expectativa de los mercados" para observar "qué es lo que sucede" con los alcances que tendrá. "Como se encuentra hoy la Argentina hay que añadir que es de esperar que no haya fallos judiciales que acorten el impacto", explicó.
La Ciudad
