"La mayor satisfacción que puede tener una persona es la de ayudar a los demás". Las palabras pertenecen a Juan Carr, el máximo representante de la Red Solidaria, una iniciativa nacional con base en Capital Federal, integrada por 55 voluntarios que atienden diariamente unos 90 llamados telefónicos de gente golpeada por el desempleo, la desnutrición y otros tantos problemas que condicionan la calidad de vida.
Carr está nominado al Premio Nobel Alternativo:un galardón que se presenta cada año en el parlamento sueco, el día antes del Nobel oficial, para dar honor a los que ofrecen respuestas ejemplares a los desafíos más urgentes de hoy. El fundador de la Red estará en Rosario el próximo 4 de agosto, invitado por la Fundación La Capital. Formará parte de un panel en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río).
Hace seis años, un grupo de cinco amigos -entre los que se encontraba Carr- creó la Red Solidaria. Sensibilizados por distintas problemáticas sociales decidieron instalar una línea telefónica que oficiara de nexo entre las personas necesitadas y las instituciones o particulares que pudieran ayudarlas. "Desde la Red nos comprometemos a hacer lo humanamente posible al momento de ayudar. No aceptamos donaciones; sólo conectamos al que da con quien lo necesita", explica Carr.
Para organizar la comunicación, los integrantes de la Red instalaron un sistema de transferencia de llamadas que funciona en forma permanente. Cincuenta y cinco voluntarios estables integran la entidad. Atienden los llamados telefónicos en sus hogares y en turnos de tres horas, clasifican los pedidos y se ocupan de resolverlos.
Los voluntarios reciben un promedio de 90 llamadas diarias. Cifra que se triplica al igual que la cantidad de los voluntarios, en casos de emergencia.
Matices de la solidaridad
En el 95, cuando recién se gestaba este emprendimiento solidario, las personas se comunicaban en su mayoría con la Red porque necesitaban algo. Actualmente, el 60 por ciento de los llamados son para ofrecer tiempo, ropa, medicamentos o donación de órganos. "Nos enorgullece ser parte de esta maravillosa transformación. Hemos percibido que si se les presenta a los argentinos una oportunidad clara y confiable de servir a la comunidad responden con una enorme generosidad", señala Carr.
La Red Solidaria está integrada por varios programas. Uno de ellos es el de Nutrición Infantil, dirigido a niños menores de cinco años. Los voluntarios de este proyecto trabajan en comedores comunitarios con el objetivo de mejorar el estado nutricional de los pequeños y su estado de salud. Además, hacen su aporte al rendimiento y la inserción escolar de los chicos.
La Red participa también del programa Missing Children, un trabajo que consiste en recibir las denuncias de chicos perdidos y desaparecidos y realizar campañas de búsqueda.
En lo que respecta al ámbito educativo, impulsó la Cátedra de Solidaridad, con la idea de reflexionar y capacitar en temas sociales a profesionales de todas las áreas.
Por más trabajo
Otro programa solidario de la Red es el de Generación de Trabajo, un proyecto que se lleva a cabo junto a varias iglesias (católica, anglicana, comunidad judía) y el Rotary Club.
Está dirigido a jefes de familia, mujeres u hombres, de Capital Federal, Gran Buenos Aires y Mar del Plata. La iniciativa consiste en reunir grupos de 400 inversores que aporten un peso por mes durante un año. Esto generará un sueldo de 400 pesos que le será asignado a un trabajador a cambio de una tarea específica.
El programa pretende un paliativo a la crisis y busca ser masivo. Apunta a tener en un futuro a cinco millones de inversores que podrían generar 12.500 puestos de trabajo. "El principal objetivo de esta propuesta es dignificar a las personas mediante la tarea que puedan realizar. El trabajo no es un objetivo en sí mismo, sino un medio para que los trabajadores reciban un sueldo justo", explica Carr.
La Ciudad
