Asesinato de Rebeca Svaiger

Otra detenida por el crimen de una anciana

La investigación por el crimen de Rebeca Svaiger, una anciana que fue encontrada brutalmente asesinada a golpes en su departamento de Entre Ríos al 400 el pasado 2 de junio, dio un vuelco a partir de la detención del acusado de cometer el crimen. Con su declaración, una mujer que había estado detenida acusada por encubrimiento, fue nuevamente apresada ayer, esta vez, acusada de ser una de las instigadoras y partícipe necesaria del homicidio, según señalaron fuentes de la investigación.
Ayer a la mañana, agentes de la brigada de Homicidios detuvieron a Silvina Sicurello. La mujer es esposa del cabo de policía Omar Osores, acusado de ser uno de los que planificó el robo en el departamento de Svaiger que culminó en el brutal asesinato. Otra mujer comparte la misma acusación: es la enfermera Marina González, que atendía a la víctima y a su esposo y que poseía las llaves de la vivienda, según estableció la policía.
La detención de Sicurello se produjo tras el arresto de Carlos Alberto Rivas, acusado de ser el autor material del crimen, según la policía. El arresto de Rivas, el viernes pasado, habría aportado nuevos datos a la investigación, que derivaron en una nueva acusación contra Sicurello, indicaron fuentes de la investigación.
Dos semanas atrás, la policía detuvo a Cristian Cingolani, un camionero oriundo de la localidad cordobesa de Isla Verde, acusado de ser el cómplice de Rivas.
Los cinco detenidos se encuentran a disposición de la jueza Susana Portilla de Pigliacampo, titular del juzgado de Instrucción de la 12ª nominación, a cargo de la investigación.
Sicurello había estado detenida acusada por el encubrimiento de su esposo. Como el delito es excarcelable, fue liberada por orden de la jueza Pigliacampo, aunque continuaba vinculada a la investigación.
El titular de la brigada de Homicidios, subcomisario José Luis Juárez, señaló que Sicurello fue señalada como una de las planificadoras del robo que culminó en el asesinato de Svaiger.
Los investigadores indicaron que Rivas y Cingolani ingresaron al departamento de Svaiger con las llaves que le proporcionó la enfermera González para apoderarse de dinero y joyas antiguas, valuada por los familiares de la víctima en unos 50 mil dólares.