El escándalo de la "escuela shopping" jaquea otra vez al ex intendente porteño

Un fiscal pidió la prisión preventiva del "reaparecido" Grosso

Volvió a salir a la luz hace poco, pero ya lo quieren mandar a la sombra. La Fiscalía federal solicitó al juez Gabriel Cavallo que dicte la prisión preventiva del ex intendente porteño Carlos Grosso por su presunta responsabilidad en la habilitación de un shopping en el edificio donde funcionaba una escuela primaria, en el barrio de Once.
La medida fue requerida al magistrado por el fiscal Luis Comparatore, quien ya había solicitado sin éxito a Cavallo que dispusiera la prisión preventiva de Grosso y del empresario Salomón Salem en el marco de la causa por la denominada "escuela shopping", que complicó al peronista en su cuestionada gestión al frente de la comuna porteña.
La Justicia comenzó a intervenir en el tema a partir de una denuncia radicada en 1992 por el entonces concejal porteño Aníbal Ibarra, ahora jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Pero el expediente, que se instruye bajo el antiguo Código de Procedimientos Penales (se inició antes de la reforma del sistema) transitó por varios juzgados hasta que finalmente quedó radicado en el Tribunal federal Nº 3, cuyo titular era el ahora ex juez Carlos Liporaci, subrogado por su colega Cavallo desde que renunció a la magistratura en febrero pasado.
Existen varios planteos, entre los que figuran incidentes por la posible prescripción de los delitos atribuidos a los ex funcionarios públicos.
Pero hay también diligencias que interrumpieron los plazos de prescripción. Una de ellas es la declaración indagatoria que prestó Grosso cuando la causa aún no había sido derivada al fuero federal.
El requerimiento de Comparatore, al que Cavallo no haría lugar, se produjo mientras Grosso intenta retornar a la actividad política. Fue uno de los principales dirigentes del peronismo porteño y llegó a la Intendencia de la Capital Federal, pero dimitió en 1992 en medio de decenas de denuncias en su contra por corrupción.
El escándalo de la "escuela shopping" se convirtió en un estigma de la administración Grosso, que habilitó un centro comercial en un edificio donde también funcionaba un colegio.