| | Los rufinenses se adaptan a la crisis económica
| Rufino. - A veces la adversidad puede cambiar de signo y transformar su peso negativo en una salida. Eduardo Ravasotti logró reconvertir su taller de tornería en una empresa que fabrica silos choriceros para que los productores no pierdan las cosechas por los caminos anegados, ya que el sistema le permite conservar los granos en buenas condiciones y en su propio campo. Ravasotti explicó que con el auge de la siembra directa, no sólo perdieron su trabajo tractoristas y peones, sino que llegaron a su fin otras actividades como el de la reparación de los implementos agrícolas, esa fue la hora señalada para buscar nuevos rubros y así nació la fábrica que hoy lleva construidas unas 100 embutidoras y extractoras de granos.
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