Año CXXXIV
 Nº 49.191
Rosario,
sábado  28 de
julio de 2001
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Los ediles sesionaron en vacaciones dos veces por semana
Cribioli: "En el Concejo no falló nadie y todo el mundo trabajó mucho"
El titular del cuerpo, autor de la idea, está más que satisfecho y fustiga a los "charlatanes" que no creían en su propuesta

Misión cumplida. El presidente del Concejo Municipal, Pablo Andrés Cribioli, está exultante y no es para menos. Logró su objetivo de que los ediles sesionaran en vacaciones y, además, lo hicieran dos veces por semana. "Y no como decían los charlatanes, que querían tirar la idea abajo", dice Cribioli, en una indirecta para algunos de sus pares del cuerpo.
El receso estaba estipulado desde el 10 de julio hasta fin de mes. Pero durante ese lapso hubo cinco sesiones en vez de ninguna. "El cuerpo me delegó la posibilidad de hacer sesiones de prórroga", recordó su titular. Si bien Cribioli estableció en principio seis (dos por semana), el paro general del 19 de julio hizo fracasar una. A partir de ahora, en tanto, recomenzará el período ordinario.
"Esta experiencia fue sumamente positiva, porque si no hubiéramos estado parados sin trabajar. En cambio, duplicamos la actividad", manifestó el presidente del Palacio Vasallo.
Al marcar ejemplos, consideró que se votaron en total 154 expedientes. Y se detuvo para subrayar "el esfuerzo que hicieron los concejales porque debieron trabajar intensamente todas las comisiones", dijo, para enfatizar en que "no se trata de una tarea sencilla despachar este número de expedientes".
En tren de seguir argumentando los efectos positivos de las sesiones invernales, arrojó aceite hirviendo contra "los charlatanes que dijeron que no iba a haber buenos resultados". En efecto, se votaron 16 ordenanzas e "innumerable cantidad de decretos. En total 115", consideró.
Mientras, recordó algunas consideraciones en contra de la iniciativa: "Algunos habían dicho que esta propuesta era para la gilada, pero no falló nadie y todo el mundo trabajó".
-¿Podría repetirse esta situación?.
-Es como para analizarlo. Esencialmente, los concejales debemos trabajar full time para la ciudad: día y noche.
-¿Cómo cree que lo vio la gente?
-Bien, porque estos son los gestos verdaderos, no los efectistas y demagógicos. Cuando a la gente le decimos que se va a trabajar el doble, lo ve favorablemente.
Más enfático y envalentonado que nunca, Cribioli trató de encontrar parangones a la labor del Concejo rosarino. "Fue un ejemplo porque se puso empeño. Que traigan otros, si los encuentran. No paramos ni pensamos parar", expresó a sus anchas.
La iniciativa del presidente del cuerpo deliberativo local tiene un antecedente. El año pasado se cumplieron tareas durante el receso, pero "no con la intensidad de esta vez, con sesiones dos veces por semana".
Las comisiones debieron reunirse todos los días y con suma intensidad. Hubo encuentros en la mañana y en la tarde. Muchos concejales tuvieron que guardar las valijas otra vez en el ropero y, aunque parecía poco creíble, se bancaron estoicamente la concurrencia al trabajo.

Proyectos aprobados
Los proyectos aprobados distaron de ser propuestas clave para la ciudad, pero tampoco se dio curso favorable a chiquitas. "A veces una minuta de comunicación es importante para un vecino que tiene una dificultad en su barrio", justificó Cribioli. De todos modos, remarcó las iniciativas de magnitud, como la prescripción de algunas faltas del tribunal municipal, la implementación de una campaña de tratamiento para trastornos de fobias, la modificación al código tributario municipal, la urbanización del barrio Deliot Sur o la creación del código de manejo de residuos hospitalarios en los efectores de salud municipales. "Se trata de ordenanzas que se hacen laboriosamente", dijo el presidente del Concejo.
Pero, además de las iniciativas aprobadas, se avanzó en el tratamiento de otros temas. "Está madurando y casi está lista la ordenanza sobre confiterías bailables", finalizó Cribioli.


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