Dos casillas de una villa de la zona sur, habitadas por dos familias numerosas, quedaron reducidas a cenizas como consecuencia de un incendio que se desató en una de ellas y alcanzó a la vivienda vecina. Sus habitantes habían encendido leña para atemperar las bajas temperaturas y los peritos estimaban que una propagación del fuego o un cortocircuito podrían haber originado las llamas, cuyas proporciones asustaron a los vecinos. Todo hacía temer que el fuego iba a extenderse a otras viviendas, pero la intervención de los bomberos impidió que el siniestro, que terminó sin lesionados, se convirtiera en un desastre. El incendio se produjo en el sector este de una villa miseria que se alza sobre bulevar Oroño al 4500, en una franja paralela a las vías del ferrocarril. El fuego se inició alrededor las 14.20 en la casilla en la que vivía Gladys Mabel D'Angelo, de 40 años, su esposo, sus cinco hijos y sus dos nietos, según efectivos que intervinieron en el siniestro. La familia advirtió a tiempo que se había desatado un incendio en una de las habitaciones y entonces, todos lograron salir a la calle sanos y salvos. Pero no pudieron evitar que las llamas se propagaran rápidamente a una casa vecina, habitada por Angel Ramón Cuan y sus cinco hijos. Pronto las dos casillas de chapa, cartón y zinc se vieron envueltas en llamas y las dos viviendas precarias, compuestas por dos dormitorios, un comedor y un baño, se desplomaron pese al trabajo de los bomberos. Los Bomberos Voluntarios Zona Sur llegaron rápidamente al lugar, pero los daños materiales ya eran irreparables. También acudieron como refuerzo móviles de los Bomberos Zapadores. "Cuando nosotros llegamos ya estaba todo incendiado y destruido", contó a La Capital un bombero voluntario que trabajó en el lugar. En el procedimiento, que se extendió hasta las 16.30, intervino personal de la comisaría 15ª, de la Dirección de Tránsito Municipal y de Defensa Civil. La vivienda de D'Angelo quedó reducida a cenizas y la familia Cuan sólo logró rescatar de las llamas "dos camas y una cocina". Los damnificados fueron alojados por sus vecinos mientras esperaban recibir asistencia social. En tanto, los peritos técnicos de bomberos estudiaban ayer el lugar del siniestro para establecer las causas del fuego. Los familiares consideraban dos posibilidades: que se haya producido una descarga eléctrica al caer un cable sobre una cama, o que hayan saltado chispas de la salamandra que habían encendido para soportar el frío polar que invadió Rosario. Según fuentes de Bomberos Voluntarios, el siniestro fue de grandes proporciones y podría haber causado una tragedia: "Existió serio peligro de que el fuego se extendiera a otras casillas, pero por suerte esto se pudo evitar", señaló la fuente.
| |