El crimen de Rebeca Svaiger, la anciana que el pasado 2 de junio fue encontrada muerta a golpes en su departamento de Entre Ríos 458, quedó ayer esclarecido para la policía con la detención del presunto autor del homicidio. En tanto, los investigadores no dudan acerca del móvil que condujo a los criminales: el robo.
El caso involucra hasta ahora a tres hombres, uno de ellos cabo de la policía rosarina, y a una enfermera que atendía a la anciana, todos quienes están arrestados. Dos de esos hombres confesaron a la policía haber matado a golpes a la mujer, de 73 años, para robarle antiguas joyas europeas valuadas en unos 50 mil pesos.
Según los investigadores, el robo fue planificado por el cabo de policía Omar Osores y la enfermera Marina González, de 41 años, quien tenía las llaves del departamento de la víctima. González concurría asiduamente al domicilio de Svaiger para atender a la mujer y a su esposo, Salomón Weinstein, de 84 años, quien en el momento en que ocurrió el crimen se encontraba internado por cuestiones de salud. Tanto Osores como González se abstuvieron de declarar ante la jueza Susana Portilla de Pigliacampo, que investiga el homicidio.
El cuarto detenido
En tanto, Carlos Alberto Rivas, de 43 años, fue apresado ayer antes del mediodía en su casa del barrio Santa Lucía, en la zona oeste de la ciudad. El hombre está acusado de ser el asesino de Svaiger y "confesó su participación" en el hecho, afirmó el jefe de la brigada de Homicidios, subcomisario José Luis Juárez.
Rivas será trasladado hoy a Tribunales donde deberá declarar ante el juez de Instrucción en feria, Jorge Eldo Juárez, aunque la investigación judicial será retomada el lunes por la jueza Pigliacampo cuando se reinicie la actividad judicial normal.
El jefe de Homicidios manifestó que desde la fecha del crimen, Rivas había deambulado por la casa de parientes y conocidos en distintos puntos del país, como Tucumán, Santiago del Estero y la Capital Federal. Ayer, cuando lo apresaron, se encontraba otra vez en Rosario. "Vino a ver a su esposa, quien estuvo detenida acusada por encubrimiento, pero luego fue liberada", indicó el subcomisario Juárez.
Dos semanas atrás la policía también detuvo a Cristian Cingolani, un camionero de 25 años que está acusado de ser cómplice de Rivas en el homicidio. El hombre fue apresado en la localidad de Isla Verde, provincia de Córdoba, y también confesó su participación en el asesinato.
Los investigadores sostienen que Rivas y Cingolani ingresaron al departamento de la anciana la noche anterior al descubrimiento del crimen y fueron vistos por vecinos del edificio que los reconocieron como extraños. Para acceder al departamento utilizaron una llave que les habrían proporcionado Osores y González, quienes "mantendrían una relación amorosa", según la policía.
Además, dicen los investigadores, González se había ganado la confianza del matrimonio Weinstein por que desde hace varios años era pareja de un familiar. Por eso mismo tenía acceso a la llave del departamento y sabía de la existencia de las joyas que fueron robadas por la banda.
El cuerpo sin vida de la mujer fue hallado por la policía tras el llamado del portero del edificio en el que vivía la anciana. Según explicó Juárez, el hombre se alertó ya que la puerta de ingreso del departamento 3º A se hallaba entreabierta y dejaba ver un desorden propio de un robo.
Cuando la policía llegó al departamento halló a la mujer amordazada y con las manos atadas al respaldar de la cama. Para sujetarla, los atacantes utilizaron cintas de embalaje y prendas que sacaron del ropero. El cuerpo estaba cubierto con ropas y la habitación en un total desorden. Svaiger había sido ferozmente golpeada en la cabeza y el rostro, que tenía desfigurado. El médico forense estableció luego que la muerte se produjo a causa de los golpes que recibió en la cabeza.
La mujer sufría del mal de Payet, una enfermedad que la había dejado postrada, y también tenía la audición disminuida. Los investigadores señalan a la sordera de la mujer como una de las causas del ensañamiento con que la golpearon sus atacantes hasta ocasionarle la muerte. La otra causa que estipulan es que los ladrones tardaron en encontrar su botín o esperaban encontrar más dinero o elementos de valor de los que hallaron.