Eugenia Langone
Se alquila. Un gran cartel anuncia que el terreno que ocupaba la histórica casona de Córdoba al 1646, demolida en febrero de este año, no tiene todavía un destino definido y se buscan locatarios. El titular de Planeamiento, Daniel Vidal, dijo que "corroborará la continuación del proyecto original" de construir locales comerciales, mientras la concejala Gladys Comba calificó el hecho de "bochornoso". El controvertido pedido de demolición y la desaparición del inmueble, que había sido declarado de interés patrimonial desataron un escándalo a fines de febrero pasado. La polémica terminó con el desplazamiento del entonces secretario de Planeamiento, Sebastián Bonet, quien había firmado el permiso de demolición. Por entonces, tras una serie de notas que publicó La Capital la propia Municipalidad constató que el pedido de demolición del edificio ubicado en pleno Paseo del Siglo había sido presentado por el arquitecto Ademar Cerfoglio, funcionario de la Secretería de Planeamiento que a la vez estaba a cargo del proyecto de domolición. La solicitud para derrumbar la casona había pasado por la Comisión Municipal de Preservación del Patrimonio Urbano que quería que el inmueble se conservara, pero finalmente Planeamiento otorgó el permiso Nº0113. Aunque Bonet había dicho que él no la habría demolido, más tarde La Capital descubrió que su firma avalaba el expediente. Luego, se precipitó el pedido del propio intendente Hermes Binner a Bonet para que deje su cargo. El edificio, que hasta su destrucción fue ocupado por la Congregación de Hermanas Educacionistas Franciscanas, fue construido en la década del 20 por los arquitectos Tito y José Micheletti y además había sido declarada de valor patrimonial. Los especialistas en la materia aseguraron que "era todo un testimonio de la época". La autorización para destruir el inmueble fue extendida en el marco de una propuesta que prometía construir locales comerciales, pero a cinco meses de la demolición sólo hay a la vista un techo de chapa y un cartel que reza "Alquila". El titular de Planeamiento de la Municipalidad adelantó que "se realizará una inspección para corroborar que lo que se haga responda al proyecto inicial, y si no es así, deberán presentar otra iniciativa que tiene que ser evaluada". Con este criterio, tanto propietarios como inquilinos podrían proponer desde comercios hasta una playa de estacionamiento. El edil cavallerista Oscar Urruty aseguró ayer que "la propuesta adjuntada al pedido de demolición fue una simulación". Y la presidenta de la comisión de Planeamiento del Concejo Municipal, Gladys Comba, le reclamó al Ejecutivo que "en los futuros pedidos de demolición se constate que los proyectos se cumplan". Tanto Comba como Urruty indicaron que "no hay una norma" que permita sancionar a los propietarios si no cumplen con lo proyectado, aunque el cavallerista estimó que "se le podría quitar el permiso de edificación". Lo cierto es que el predio de 1.100 metros cuadrados puede alquilarse en su totalidad a 22 mil pesos mensuales, o bien la mitad del terreno a 12 mil pesos. Interesados no faltarían. Una firma cordobesa estaría pensado en alquilar todo el predio para instalar un bar con bowling y juegos infantiles, mientras que una librería de Buenos Aires estaría evaluando desembarcar en la mitad del terreno. Pero el futuro todavía es incierto.
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