Fernando Gabrich
Una buena práctica para entusiasmar. Una tarde de fútbol para ilusionar. El Central 2001 versión Jota Jota demostró ayer en la goleada por 4 a 1 ante el humilde Atlético Rafaela que tiene argumentos como para empezar su excursión en el torneo Clausura con el ánimo en alza. Se podrá decir que el rival no tiene jerarquía de primera división o que sólo se trató de un entrenamiento. Pero lo concreto es que los canallas cumplieron en la tarde de ayer con la vieja y siempre vigente fórmula de las tres G: ganó, gustó y goleó. Algo que no es poco para los tiempos que corren, y aunque sólo se trate de un amistoso ante un conjunto que mostró más debilidades que fortalezas.
Lo más importante en el balance pospartido es que Central demostró que está encontrando la sintonía que pretende darle su entrenador. Ayer, en largos pasajes del encuentro fue un equipo corto, con trato prolijo y criterioso del balón y con contundencia a la hora de definir. Y eso se dio porque sus intérpretes se mostraron más sueltos que en los anteriores partidos de pretemporada y pudieron brindar un recital más armónico y con menos altibajos.
El esquema táctico de Central no fue demasiado complicado, pero no por eso menos efectivo. Línea de cuatro con proyección de laterales, especialmente por el sector izquierdo, donde Pirulo Rivarola -ayer volvió a demostrar un buen desempeño- se convirtió en un arma importante para sumarse al sector ofensivo; un mediocampo que combina lucha y fútbol y que suma en ataque a dos puntas muy despiertos y movedizos. Así funcionó Central ayer. Y así obtuvo buenos dividendos.
Con una buena tarea de Sánchez, Arriola, Pizzi y Maceratesi, Central marcó diferencias. A los 12 minutos el goleador de Elortondo capturó un rebote en el travesaño, después de una media vuelta de Pizzi, puso el 1 a 0 y dio por sentando que el partido tenía un solo dominador. A los 29 otra vez el Rafa marcó el segundo. Después se lesionó Arriola (tuvo un golpe en la rodilla y debió salir), López hizo ingresar a Becerra por izquierda, Vitamina se volcó por derecha y Vespa se tiró unos metros más adentro junto a Daniel Quinteros. Y el resultado siguió siendo el mismo. Porque Central manejó el partido a su antojo. Así llegó el gol de Pizzi, otro de Arias y el descuento sobre el final de Federico García, para que los rafaelinos no regresaran con las manos vacías.
Central ayer vislumbró una luz alentadora de cara a lo que viene. Si bien el rival no fue el adecuado para hacer proyecciones exactas, lo realizado por el equipo de Jota Jota da para que sus hinchas se ilusionen. El sábado jugarán contra Colón en Santa Fe, y allí se podrá ver con más claridad lo que les deparará el futuro.
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La Ciudad
