Inesperado compromiso en la Cumbre del Clima en Bonn

El protocolo de Kyoto, sobre reducción de la emisión de gases que provocan el efecto invernadero, fue rescatado en la Cumbre del Clima de Bonn, donde se alcanzó un inesperado compromiso de países alineados con la postura de Estados Unidos, que ha venido rechazando todo posible acuerdo. Finalmente, los esfuerzos realizados por la Unión Europea lograron la unión de la mayoría en pro de la preservación del planeta.
El presidente de la conferencia, Jan Pronk, abrió la sesión y pidió disculpas a los delegados por el "muy largo retraso", y explicó que éste se debió a "la intensidad de las negociaciones". La conferencia tenía que haber concluido el domingo pero los 178 países presentes en la cumbre continuaron la negociación durante toda la noche, unas 36 horas casi ininterrumpidamente.
"Ha sido un proceso muy difícil y ha habido momentos críticos. pero al final se impuso la responsabilidad", dijo Pronk, ministro de Medio Ambiente de Holanda. Y recordó en el plenario que el mundo entró en la era de la globalización y de ahí la importancia de que las responsabilidades se tomen también de forma global.
El acuerdo alcanzado en Bonn permitirá que el Protocolo de Kyoto sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero entre en vigor en el 2002, en el décimo aniversario de la celebración de la Cumbre de la Tierra de Río. El compromiso conseguido en esta conferencia excluye a Estados Unidos el mayor contaminante del planeta, y confirma, a juicio de la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallstroem "el creciente liderazgo de la Unión Europea".
Los Quince entablaron una lucha de titanes para evitar que la negativa de Washington a ratificar el Protocolo provocara un efecto en cascada, lo que casi ocurrió en el caso de Japón.
El acuerdo alcanzado abre nuevos canales de financiación a los países en desarrollo, aunque la autoexclusión de Estados Unidos, merma considerablemente el monto de esas ayudas.