cartas

Según el cristal con que se mire

Quiero hacer referencia a la nota publicada en La Capital en la sección La Región, titulada "Moisés Ville, una ciudad que aún se aferra al recuerdo de sus años dorados", firmada por Rubén Chababo. En esa ciudad se ha encendido una mecha. Ante las diversas opiniones, más de protesta que de adhesión al artículo de referencia, llegué a la siguiente conclusión: la verdad nunca es absoluta. La propia filosofía distingue la lógica de la gnoseológica. Pero a lo que me refiero es a una verdad conceptual, en cuanto el juicio emitido se corresponde con el pensamiento del emisor. Estas verdades obedecen a intenciones sinceras o resentidas, optimistas o pesimistas, o historias personales que hacen las diferencias humanas. Pongo el acento en este tema pues la más contundente expresión de adhesión al artículo citado se enfatizó con un ¡es verdad! ¿Es verdad? Ni siquiera confío en mi juicio teñido de un sentimiento de gratitud y compromiso con su historia y con sus cambios, aun en la decadencia universal que también nos toca. Yo al pueblo no le pido nada, trato de darle lo que pueda de mí, y entre verdades y verdades, un axioma popular dice: "Las cosas son del color del cristal con que se lo mire". Este señor ¿no se sacó los anteojos ahumados?
Lili González de Trumper