En el último año se generaron en el Gran Rosario 36 mil nuevos puestos de trabajo, aumentó la tasa de empleo y la tasa de actividad. Sin embargo, el índice de desempleo trepó al 20,2%, con un 14,5% de subocupación, lo cual revela que el 34,7% de la Población Económicamente Activa (PEA) padece problemas laborales. La explicación es que los puestos creados resultaron insuficientes para satisfacer una demanda que creció casi en 56 mil personas, debido principalmente a las dificultades para completar el presupuesto familiar. A su vez la precarización del empleo siguió adelante ya que se nota un aumento del trabajo inestable y temporario en detrimento de los puestos estables. Y el impacto inmediato de la crisis: más de uno de cada cinco desocupados perdió su empleo dentro de los veinte días previos de la medición.
El perfil del desocupado rosarino: joven de entre 20 y 29 años que no es jefe de familia. Busca trabajo para cubrir el presupuesto básico, fue despedido de su ocupación anterior o cierre de la fuente, proviene del sector de comercio y servicios y completó sus estudios primarios. Además hubo un fuerte incremento de cónyugues e hijos lanzados al mercado laboral, quienes duplicaron la oferta en un año.
Uno de los datos más impactantes de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) es que más de uno de cada cinco desocupados (22%) quedó en esa condición en los últimos 20 días, mientras que casi la misma proporción (22,6%) perdió su empleo hace entre 20 y 90 días. Al mismo tiempo, disminuyó la proporción de gente que llevan entre 3 meses y un año desocupados, lo mismo que quienes están hace más de un año sin trabajo.
Una interpretación de estas cifras puede ser que se redujo el tiempo de reinserción laboral, pero si se analiza la tendencia se observa un dato alarmante: el impacto de la crisis se sintió con mucha crudeza durante abril y mayo, con su resultante de expulsión de mano de obra. Es que hace un año, por ejemplo, el porcentaje de los que quedaron sin empleo en los últimos veinte días representaba el 17,5%.
La familia unida
Las necesidades en el grupo familiar hizo que un gran número de jóvenes salga a buscar empleo, lo que se traduce en la proporción entre los desempleados de quienes tienen de 20 a 29 años. Este grupo representa el 40,7% de los desocupados y se compone de 45.400 personas, unas 8 mil más que un año atrás.
La mayor intención de los jóvenes por trabajar se observa en que este sector es el más numeroso dentro de la PEA con 159 mil personas, unas 20 mil más que un año atrás.
La PEA de los que tienen de 30 a 39 años creció en 8 mil personas, de los cuales 5 mil no consiguieron trabajo y están desocupados. Por otra parte, la PEA de quienes tienen de 50 a 59 años creció en 15 mil personas, y los desocupados aumentaron en 5 mil.
La mayor presión de los jóvenes en el mercado laboral se infiere de que casi el 50% de la PEA son "no jefes de hogar", de los cuales el 26% son desocupados, unos 14 mil más que un año atrás. En cuanto a los "jefes de familia", el 14% está desocupado.
Un dato interesante es que hace un año el 8,4% de los desocupados eran cónyugues, mientras que es porcentaje ahora alcanza al 16,4%, pasando de las 7.800 personas hace un año a las 18.300 de hoy, casi dos veces y media más.
Actualmente el 22,5% de los hogares tiene algún miembro desocupado, siendo la cifra más elevada de toda la serie desde mayo de 1995 en los tiempos del efecto Tequila. El 9,3% de las familias tiene a su jefe desocupado, superado sólo por el 9,8% de mayo del 95. Sólo el 5,7% de los hogares no tiene ningún ocupado, pero es el porcentaje más alto de los últimos seis años.
Expulsados
Una señal de la crisis es que la mayoría de los desocupados tuvo una ocupación anterior: el 85,6% lo manifestó así, contra el 81,7% de un año atrás. Sólo el 14,4% de los desocupados no trabajó nunca y, por otra parte, el 58% de los desocupados actuales antes tuvo un empleo temporario.
La principal causa de pérdida de trabajo (38%) es el despido o el cierre de la fuente laboral, seguido por la finalización del trabajo temporario (29,5%), y la falta de trabajo cuentapropista (17,2%).
En cuanto al nivel de instrucción de los desocupados, el único sector que mejoró fue el de quienes tienes estudios primarios incompletos que pasaron de 10.300 a 9.400, beneficiados mayormente por los planes Trabajar. En el resto de los niveles aumentó el número de desocupados, siendo particularmente marcado en el sector de los universitarios quienes duplicaron la incidencia del desempleo.
La torta creció pero no alcanza
Durante el último año se generaron 36 mil nuevos puestos de trabajo de los cuales 16 mil son obreros o empleados, 10 mil son changas, 8.600 revisten como patrones o empleadores y unos mil se desempeñan como cuentapropistas. Pero el grueso de estos puestos se crearon entre mayo y octubre de 2000, ya que en los últimos siete meses sólo aumentaron en 2.600 en total. Es más, desde octubre se perdieron dos mil empleados, 800 cuentapropistas, y subieron en 3.500 las personas que hacen changas.
Ese panorama se ratifica con la categoría ocupacional de los rosarinos: la porción de empleados en planta permanente llega al 82,3%, contra el 87,8% de un año atrás, el empleo inestable pasó del 8,8% al 13,2% de ahora, y los temporarios crecieron del 2,6% al 3,5% de mayo pasado. Si se compara contra octubre, bajó la proporción de las changas y los empleados estables, mientras que creció la ocupación inestable y temporaria. Estas cifras hablan de un deterioro de la calidad del empleo.
Por si quedan dudas sobre la desmejora en la calidad del trabajo, la disminución del poder adquisitivo se refleja en las cifras de los ocupados que buscan otro empleo, que hoy representan el 27,4% de los que trabajan contra el 19,1% de un año atrás. Pero la situación no es nueva ya que el salto más importante se dio entre mayo y octubre del año pasado cuando alcanzó el 28%.
La causa principal de que los ocupados busquen otro trabajo es que la plata no alcanza: el 69,8% dice que gana poco y el 7% dice que su trabajo se va a terminar (contra un 4% de mayo 2000).
Los que buscan otro trabajo son en un 65% empleados, y se observa que un 3% son patrones o empleadores (sin participación un año atrás), lo cual indica que la crisis alcanzó también a los empresarios.
El único sector que mostró una mejoría fue el de la industria que bajó el número de desocupados de 15 mil en mayo 2000 a los 12.800 de ahora, claro que la situación es peor que en octubre último, ya que en ese mes sólo había 9 mil desempleados.
El mayor aporte de desocupados proviene de los sectores de comercio y servicios. En la construcción pasaron de 14 mil a 15.600, y en el sector agropecuario se duplicaron.
El último año fue largo, y si se analizan las cifras de las dos puntas con la onda de octubre, se nota que todas las mejoras se produjeron en el período mayo-octubre de 2000, producto de la incipiente reactivación que se dio el año pasado. Es más, en la mayoría de los parámetros se dio un retroceso respecto de los niveles de octubre, lo cual indica el agravamiento de la crisis económica durante los últimos siete meses.