El acuerdo entre la Nación y las provincias descomprimió el nerviosismo reinante en los últimos días en el circuito financiero, aunque ayer se vivieron momentos de tensión en algunas entidades ante la falta de dólares (billetes) frente a una demanda mayor a la habitual, o por las "sugerencias" de los operadores bancarios de que los clientes retiren sus plazos fijos "en uno o dos días".
En la plaza local, según gerentes de bancos consultados por La Capital, ayer fue un día normal dentro de un clima de inquietud a pocas horas del lanzamiento del plan de ajuste y frente a la incertidumbre imperante respecto del futuro inmediato del país.
Los ejecutivos coincidieron en que la crisis es más política que económica y que la gente, en estos casos, suele actuar "más con el corazón que con la cabeza", intentando ejemplificar que el "factor psicológico" es en buena medida el responsable de que se generan algunas situaciones críticas. En general se trató de casos aislados, pero se repitieron prácticamente en todas las entidades crediticias las escenas de pequeños grupos de clientes que fueron a retirar sus depósitos y se encontraron con la negativa, o que optaron por comprar dólares y no pudieron hacerlo ya que no había efectivo.
"Hay que aclarar que de ninguna manera se trata de un problema de liquidez", dijo Gonzalo Verdomar Weiss, gerente de Relaciones Institucionales del Banco Francés.
Verdomar Weiss se refirió puntualmente a la situación de varias personas que ayer intentaron en una sucursal céntrica rosarina de la entidad llevarse el dinero de sus plazos fijos y a las que se les sugirió no hacerlo, según el relato de los propios clientes. "Ayer pudo suceder que se retiraron más dólares que en otras oportunidades, sumado al hecho de que el abastecimiento del Tesoro no llegó a horario. Se trató de una cuestión de logística de la llegada de los billetes que será solucionado en breve", aclaró. "Fue excepcional", remarcó el gerente.
En la misma línea opinó una fuente del Banco Nación sucursal Rosario, quien admitió que se registraron ayer "tres casos puntuales" de personas con plazos fijos que quisieron "a toda costa" llevarse la plata. "Una deseaba transferir el dinero al exterior, otra a una caja de seguridad y la tercera a una caja de ahorro", detalló el operador, pero remarcó que los plazos fijos se renovaron en su mayoría.
"La gente se enloquece un poco, uno trata de ejercer docencia en la medida que puede pero hay quienes no entienden razón", reflexionó el directivo. También comentó que se repitieron, como la semana pasada, las colas de personas buscando adquirir dólares. "A las 12.30 dejamos de vender ya que pedimos un adelanto de fondos a Buenos Aires y nos dijeron que no. Lo que tienen que entender los rosarinos es que no hay por qué lanzarse masivamente a comprar moneda extranjera", reflexionó.
Fuentes del mercado local aseguraron que ayer el dólar entre bancos se pagó 1,04 y que por esa diferencia las entidades que no tenían billetes retacearon la entrega de dinero para no pagar un dólar caro. Cabe destacar que el viernes se llegó a vender en Rosario a 1,06.
El gerente de sucursal de Banco Suquía, Marcelo Crescente, señaló que fue "una jornada más tranquila que las anteriores, con movimiento normal". Respecto de la venta de dólares, destacó que en la entidad se le dio prioridad a los clientes y admitió que la disponibilidad está restringida por falta de efectivo pero no por problemas de liquidez.
Qué pasó a nivel mayorista
Las tasas de interés en el circuito mayorista de dinero a 24 horas de plazo se derrumbaron ayer al 16% anual, niveles que se siguen considerando excesivos, pero el recorte alcanza otra dimensión si se compara con los rendimientos superiores al 200 % que se manejaron jornadas atrás. Siempre en operaciones en el miniplazo de 24 horas, los bancos de menor patrimonio accedieron al crédito pagando una tasa anual del 18%, mientras que el call en dólares cerró al 10%.
Los operadores se mostraron optimistas por la reacción de los mercados, que abarcaba una sensible mejora de las acciones y bonos en la Bolsa de Comercio, al tiempo que el dólar volvía a las cotizaciones repetidas antes que se desataran las turbulencias en la plaza financiera.