En un plazo estimado de 45 días se definirá la licitación por el gerenciamiento del puerto local, proceso en el que se presentó un solo oferente. Durante ese lapso, la titular del Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro), María Herminia Grande, deberá ganar una feroz pulseada con los representantes de sectores privados que integran el organismo, quienes han planteado serios reparos en cuanto a que prosiga con normalidad en proceso de concesionamiento. Ayer, la disputa giró en torno a los plazos impuestos a la Autoridad Portuaria de Tarragona para la presentación de las garantías subsidiarias del pool de empresas que integran el grupo oferente. Para Grande "hay sectores en el Enapro que tensan de la cuerda para que se caiga la licitación".
Las rondas de encuentros en Belgrano al 300 comenzaron hacia el mediodía cuando el Enapro recibió a los representantes locales de la Confederación General del Trabajo (CGT), línea oficial, para informarles el cuadro de situación en torno a las terminales locales.
A puertas cerradas y por más de una hora, los distintos sectores reflejaron sus diferencias, en ocasiones a los gritos. Al término del encuentro, el titular de la CGT local, Manuel Bogado, encaró los micrófonos y disparó: "Si se cae la licitación, vamos a denunciar a los responsables" y sin cortapisas consideró que los sectores privados dentro del Enapro son quienes traban el proceso de concesión (ver aparte).
Cruces por las garantías
A su turno, Grande explicó que en el seno del ente portuario existen discrepancias en torno a la presentación de la garantía mancomunada subsidiaria, un requisito del pliego de concesión en donde todas las empresas que integran el proyecto inversor en el puerto local deben responder, de ser necesario, económicamente con su patrimonio.
"Esta garantía no es la única exigible. De hecho el grupo representado por la Autoridad Portuaria de Tarragona garantizó 35 millones de pesos en garantías, que se deducen de los bienes (20 millones), la concesión (10 millones) y el capital (5 millones)", explicó Grande. Luego de esta instancia recién se pasaría a la afectación de la garantía mancomunada subsidiaria.
En rigor, la semana pasada el único oferente de la licitación portuaria presentó un documento con la firma de todas las empresas españolas que certifican haber cumplido con este punto de los pliegos.
Sin embargo, hubo disconformidad en el seno del directorio del Enapro, situación que suscitó ayer una polémica que se extendió durante toda la tarde. Los miembros representantes del sector privado en el ente ponen como condición innegociable la resolución de este punto, mientras Grande busca pasar a la apertura del sobre número dos de la licitación y recién allí resolver esta cuestión.
Pese a los chispazos entre Grande y el resto de los miembros del ente portuario, ayer se acordó una solución transitoria a la crisis en las terminales rosarinas: en un plazo "razonable" (se estimó en 45 días), el Enapro debe resolver el futuro de la concesión. Para ello desde ayer se abrió una instancia de diálogo entre el Enapro y el oferente catalán con el fin de solucionar la polémica sobre la garantía subsidiaria.
La discusión de ayer, en la superficie de carácter técnico, presenta un trasfondo de enfrentamientos entre la representante del Ejecutivo provincial con el resto del directorio portuario.
"¿Cuál es el miedo al oferente si hoy no tenemos nada?. El miedo es que no venga nadie", advirtió Grande y disparó: "En este contexto deben primar razones y no caprichos como se han escuchado, pero no se debe perder esta oportunidad para el puerto".
"Viven en una burbuja"
Con el fin de acelerar los tiempos de la licitación, Grande cargó contra "quienes viven en una burbuja, donde no contemplan que es necesario el consenso de todos los sectores". Más categórica, la funcionaria enfiló sus dardos contra los representantes de la "comunidad portuaria" en el Enapro y criticó: "No sentarse a negociar con un inversor es imperdonable, inmoral e irresponsable".
Para rematar, Grande diagnosticó: "Acá existe una situación que tiende a tensar la cuerda. Siento que hay una presión muy grande de algunos sectores en el Enapro para que la licitación no salga, pero no siempre estos intereses se muestran de frente".