Luis Digiano
El veterano cantante Rodolfo Zapata, referente de un folclore humorístico en ocasiones subido de tono, y autor en sus 52 años en el espectáculo de temas como "La gorda", "No vamo'a trabajar", "La inyección" y "La roncha de tu hermana", afirmó que siempre usó el doble sentido pero sin ofender, "no como hoy, cuando se insulta o se habla mal por cualquier cosa", disparó. A los 69 años, después de cierto tiempo alejado de los estudios de grabación, Zapata volvió al ruedo discográfico con su álbum "El guitarrero picarón", en el que sólo lo acompaña su guitarra, a la que bautizó Catalina. "No me manejo con pretensiones excesivas -reconoció Zapata- con tal de poder seguir presentándome en mi país, no hago distinción de lugares, y trabajo en un teatro, un club, sociedades de fomento, centros de jubilados o fiestas privadas". "Gracias a Dios sigo cantando y llevándole alegría al pueblo en estos momentos tan difíciles que nos toca vivir. Por ese motivo nació «El guitarrero picarón», que intenta darle una cuota de humor a la gente, aunque sea por un momento", señaló Zapata. Nacido y criado en el barrio porteño de Nueva Pompeya, hincha de Huracán (uno de sus hijos, quien ahora vive en los Estados Unidos, llegó a jugar como arquero de dicho club), y aficionado al boxeo, comenzó su carrera en 1949, cuando sus pies "doblaron" a los de Mirtha Legrand bailando malambo en el filme de Luis Saslavsky "Vidalita". Más tarde, el actor Oscar Valicelli lo incorporó a la comedia "Adiós, plata mía", junto a Olinda Bozán, Diana Maggi y Francisco Alvarez, y en 1954 cumplió una breve actuación en otra película, "Crisol de hombres", al lado de Fernando Siro y Alberto Anchart (h). El cine lo tuvo, pero como protagonista, en "La gorda" (1966), junto a Nelly Beltrán, Marta González, Eddie Pequenino y Semillita, y en "Un gaucho con plata" (1969), al lado de Fidel Pintos, Susana Brunetti y Horacio Bruno. "Nunca más volví a filmar. Seguí trabajando en teatro, algo de televisión, corsos, carnavales, festivales y hasta grabé el jingle del Diario del Mundial de la revista El Gráfico", enumeró. Según Zapata, "desde que comencé esta profesión siempre pensé en divertir, aunque mis canciones picarescas nacieron por casualidad. Pasó que yo estaba por grabar un disco con canciones populares, uno de los músicos no llegaba, y para entretener a los que ya estaban en el estudio empecé a improvisar con la guitarra. Así nacieron mis temas en broma". Finalmente, comentó:"Siempre usé y uso el doble sentido, pero mi humor no es ofensivo. Sé que después, y me encanta que haya ocurrido, muchos tomaron mi estilo, pero hoy es todo distinto porque se insulta o se habla mal por cualquier cosa".
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