Mariano Bereznicki
Llantos de nostalgia mezclados con regocijo. Miradas perdidas apuntando hacia el cielo como agradeciendo por este presente. Los abrazos eran interminables. Todo el mundo no paraba de cantar y saltar. La fiesta había concluido dentro de la cancha, con victoria rojinegra sobre Los Andes por 2 a 1 y la conquista de un nuevo campeonato daba rienda suelta a los festejos. El Apertura ya estaba en poder de la 4ª de Newell's. Este mismo equipo que entró en la historia por ganar los 15 partidos que disputó y que supo dirigir con timidez el Negro Julio Zamora, pero que por una cuestión de principios dejará la institución leprosa (ver aparte). En Bella Vista se vivió una tarde cargada de gloria y a la vez de tristeza. Dos vueltas en tres torneos y una base que, seguramente, le dará muchas alegrías al pueblo rojinegro dentro de un futuro no muy lejano. Lo de esta cuarta división fue fenomenal. Porque ganó todos los encuentros que jugó y porque además fue uno de los mejores equipos que jugaba al fútbol. Las variantes y diferentes tácticas que mostraron los llevó a la conquista de este cetro. Ante Los Andes se vio un Newell's que pensaba más en tratar de digerir la ida del Negro que intentar meterse en el partido. Fue por eso que se vio un primer tiempo bastante mediocre, a pesar de que Bartolini inauguró el marcador con una pequeña ayuda de Vanrell. En el complemento los dueños de casa parecieron recobrar la memoria y pisaron el acelerador. Y a los 15' Elvio Martínez clavó el segundo con un martillazo seco ante la salida del arquero. Si bien Ríos descontó de penal, la victoria ya estaba asegurada. Por eso con el pitazo final todos se confundieron en un abrazo y comenzaron a festejar y a dedicarle el título al Negro Zamora. Muchas alegrías y emociones del mejor equipo del torneo.
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