El sistema de interceptación satelital Echelon, el "ojo electrónico" norteamericano, puede captar la existencia de sobornos por miles de millones de dólares y, en consecuencia, ayudar a detener a los corruptos.
La red de espionaje electrónico, en condiciones de ingresar en las comunicaciones que se establecen en todo el planeta, descubrió que en 2000 por lo menos 61 contratos internacionales por un valor de más de 37 mil millones de dólares fueron decididos por la corrupción.
Pero la denuncia, contenida en un informe del ministerio de Comercio, proporcionó a los norteamericanos más problemas que beneficios.
Muchos se preguntaron quién autorizó a Estados Unidos a espiar conversaciones privadas y, además, quién puede garantizar que estas informaciones no se utilicen, finalmente, para favorecer a las compañías norteamericanas interesadas en ganar licitaciones.
Los norteamericanos sostienen que utilizaron honestamente el asombroso poder del sistema de interceptación Echelon.
Cada vez que su espionaje electrónico desenmascaró intentos de corrupción sobre los grandes contratos internacionales, la reacción fue informar a las autoridades de los países que ofrecían los sobornos que había alguien que estaba jugando sucio.
A las compañías norteamericanas les fue aplicada expresamente la ley norteamericana por ofrecer sobornos para obtener contratos en el exterior.
Según el informe del ministerio de Comercio, en 2000 las compañías norteamericanas perdieron por lo menos nueve licitaciones, por un valor de más de 4 mil millones de dólares, por sobornos ofrecidos por las compañías rivales.
Los sectores donde la corrupción está más difundida son los que incluyen a las empresas norteamericanas de primer línea, como las del sector telecomunicaciones, transportes y construcción.
Por lo menos una tercera parte de los episodios de corrupción fueron individualizados en Asia.
Pero los críticos del Echelon (una red planetaria integrada por satélites y radar) no aceptan conceder a Estados Unidos el rol de héroe en la lucha contra la corrupción internacional.
Serio riesgo
"La actividad del espionaje electrónico norteamericano crea el fuerte riesgo de que las informaciones obtenidas por el Echelon puedan ser utilizadas para agilizar la entrega, a las compañías norteamericanas, de los contratos internacionales antes que para combatir la corrupción" observó preocupado Torben Lund, un miembro danés del Parlamento europeo.
Según los norteamericanos, en los últimos 15 años, compañías de por lo menos 53 naciones ofrecieron sobornos a funcionarios de 112 naciones, los cuales fueron aceptados.
El compromiso del espionaje norteamericano en su intento de favorecer a las empresas norteamericanas para que ganen licitaciones es seguramente más fuerte de lo que las autoridades norteamericanas están dispuestas a admitir.
En el verano de 1994, por ejemplo, una discusión en el ministerio de Comercio acerca de cómo ayudar a las empresas norteamericanas a obtener contratos en Indonesia contó con la participación de 16 personas, de las cuales cinco eran agentes de la CIA.