cartas

Amor al prójimo

Por medio de esta sección quiero agradecer el acto de solidaridad y valentía que efectuó un joven llamado Ariel, que tenía el pelo muy corto y llevaba un bolso marinero color negro. El hecho ocurrió el martes 3 de julio en la intersección de San Luis y San Martín, cerca del mediodía, cuando me disponía a cruzar junto a mi nieta Sofía (12 años). Al detenernos junto al cordón en ese momento me llamó la atención un producto de una vidriera cercana y le comenté a Sofía que me esperara. Al parecer no me escuchó ya que sin que yo lo advirtiera ella cruzó de todas maneras. Venía leyendo un folleto que nos habían entregado unos pocos metros atrás. La próxima imagen que vi fue la de Sofía en el medio de la calzada caminando como si nada y un colectivo acercándosele a toda velocidad. En esa fracción de segundo y antes de que pudiera al menos gritarle, el joven antes mencionado corrió como un rayo, tomó a mi nieta por el brazo y la trasladó casi de un salto hacia la otra vereda. Momentos después me encontraba reprochándole a Sofía por su inconsciencia y cuando giré mi cabeza vi al joven seguir su camino como si no hubiera hecho nada. Lo llamé como para agradecerle de alguna manera o que aunque sea nos diera su nombre..."Ariel, me llamo Ariel". Gracias a vos, Ariel, por tanta solidaridad y amor para con el prójimo.
Clara M.Orellano